Sucesos

Sentida despedida de tres mineros que murieron en Langue

Familiares, amigos y vecinos despidieron ayer a los tres mineros que perdieron la vida el miércoles tras intoxicarse con monóxido de carbono en la profundidad de una mina artesanal de la zona

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30.05.2019

VALLE, HONDURAS.- Los tres mineros que perdieron la vida por inhalación de gases tóxicos en el interior de una mina del municipio de Langue, en Valle, fueron sepultados el jueves en medio de conmoción de sus familiares y amigos.

Pese a la tragedia que atraviesa la familia Ortiz Aranda, por la pérdida de dos de sus miembros, la solidaridad demostrada por sus vecinos les devolvió la esperanza.

Y es que desde el momento que se recuperaron los cuerpos de don Timoteo, jefe de la familia, y su hijo mayor Deybi Ortiz Aranda, la población ha apoyado a la familia y hasta el momento del sepelio no los dejaron solos. Al igual que a la familia de Javier Aranda Ávila, la otra persona fallecida.

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Dos de las tres víctimas (padre e hijo) fallecieron el miércoles producto de la inhalación de gases originados en una planta eléctrica que introdujeron a lo más profundo de la mina artesanal para sustraer material del que obtienen oro. La tercera víctima falleció al precipitarse de una altura superior a los ocho metros en el interior de la mina cuando intentaba rescatar a los primeros fallecidos.

El entierro de padre e hijo estaba programado para en horas de la tarde, pero debido a que los cuerpos comenzaron a descomponerse tuvieron que ser sepultados a eso de las 10:00 AM en el cementerio general de Langue.

“La población acudió masivamente a apoyar a la familia, y es que ellos eran muy queridos en la localidad”, comentó Luis Guerra, alcalde municipal.

Las escenas dentro del cementerio eran desgarradoras, ya que los familiares sepultaban a dos de sus seres más amados.

Padre e hijo fueron sepultados uno al lado del otro, tal y como fallecieron, ya que la madre de Deybi y esposa de don Timoteo así lo pidió.

“El momento era terrible. Era muy triste ver a la señora llorar desconsoladamente por su hijo y compañero de hogar, además de pensar que su pequeña nieta se quedaría huérfana, fueron momentos muy duros”, comentó el edil.

Las escenas de llantos se repitieron en horas de la tarde en el pequeño cementerio de la aldea El Chaparral, donde fueron enterrados los restos de Javier Aranda.

Preocupación
El accidente ocurrido en la mina Portillo de Oro, que cobró la vida de tres personas y dejó heridas a cuatro más, no puede volver a suceder, advirtió el alcalde, por lo que ha solicitado una reunión de urgencia con las autoridades del Instituto Hondureño de Geología y Minas (Inhgeomin) y las fuerzas vivas de la localidad.

“Nos hemos enterado de que no sólo una mina está funcionando de manera clandestina en la localidad, hay muchas más y lo peligroso es que ni siquiera sabemos las rutas que llevan estos agujeros en lo profundo de la tierra, lo que podría representar otro problema para la comunidad”, comentó el entrevistado.

Guerra reconoció que la comuna emitió una ordenanza municipal prohibiendo la extracción minera tanto artesanal como industrial, pero no se han tomado las medidas de sanción indicadas.

En los últimos 25 años, en la región sur del país, los accidentes en minas artesanales han cobrado más de 20 vidas.

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