Licencia por primera vez
Comayagüela, Honduras
Es un deporte de aventura que ha sido diseñado para adaptarse a las paredes de centros educativos.
En la ciudad se ha iniciado con un plan piloto en la colonia Monterrey, de Comayagüela.
La Casa Populorum Progressio de la Asociación Colaboración y Esfuerzo (Acoes), proyecto del sacerdote Patricio Larrosa, es donde se han montado varios rocódromos o palestras (paredes construidas artificialmente bajo techo para que los menores puedan realizar una especie de alpinismo).
Las estructuras verticales han sido provistas de puntos de apoyo para los pies y las manos de los niños, que son asegurados de la cintura y piernas con un sistema de sogas, poleas y ganchos para ofrecer protección a los que deciden probar este deporte.
De acuerdo con Agustín Villagra, promotor del proyecto educativo, este es un deporte completo que les va a ayudar a los pequeños a progresar en su desarrollo integral, aportándoles beneficios físicos, psicológicos y sociales. Además de ser una diversión que pueden compartir con su familia y amigos.
A esto se suma que a medida en que avanzan en su desplazamiento vertical en la pared pueden leer algunos letreros con los derechos del niños, valores espirituales, valores morales y entre otros.
Por ejemplo en la estructura se han escrito frases como “no es no”, que se refiere a una campaña para evitar la violencia contra las mujeres.
También “menos armas y más educación”, refiriéndose a la necesidad de impulsar los proyectos de enseñanza en la ciudad.
La puntualidad y la responsabilidad son recordadas en cada peldaño que los niños escalan de la estructura.
El montaje de las estructuras se extendió por cinco meses, con ayuda de voluntarios.
Los materiales utilizados son reciclados de acuerdo con Villagra.
Esta es una iniciativa que se busca replicar en un primer momento en los centros educativos que están bajo la responsabilidad de Acoes.
De manera posterior se buscará llevarlo hacia otros centros estudiantiles de la ciudad donde permitan las autoridades rectoras de la educación.
“Es una oportunidad para que los niños puedan conocer sobre las montañas y el ambiente del país y a la vez pueden liberar energía de manera positiva”, manifestó Villagra.
Entre las actividades que acompañarán este proyecto se enlista la de incluir un trifolio con la información de las montañas del país e impartir charlas en los centros educativos participantes y luego evaluar los conocimientos durante la escalada.
Bryan Valladares, uno de los participantes del proyecto de 11 años de edad, expresó que “está bien bonito y nunca lo había practicado, siento que he aprendido y me divierto al mismo tiempo”
