Siempre

Reformas y reformatorio

Debe llegar el momento en que gran parte de la “clase política” sea llevada a juicio y puesta tras los barrotes por sus numerosos saqueos al fisco. Mujeres y hombres juran amparar a la niñez con educación y merienda y se peinan el país

10.02.2018

Los ajados de hace cuarenta años o más salen ahora con la pajarota de que “urgen” reformas electorales y hasta hablan de meternos una constituyente cuando los actores de la crisis política no tienen ni un ápice de compromiso con nada, más que con sus intereses personales y de grupo. Son altivos moralistas que bonitos se mirarían en un reformatorio.

Al asumir su segundo régimen al hilo, Juan Orlando Hernández Alvarado instó a un diálogo sincero con todos los sectores y, además, anunció “profundos cambios” a la Constitución. Unos idean que su fin es mudar a otra carta magna. Los mismos de siempre le han hecho creer al pueblo que es la única salida para acabar con la corrupción y la impunidad.

Chamba
La oposición –creemos- no busca más que saciar su apetito, colgada de las mieles del poder acusando a JOH de “dictador”. Por una de esas avenidas capitalinas oímos a un devoto decir –a lo ignaro- que con una constituyente “tendría un nuevo y mejor trabajo”. ¡Vaya demagogia la que han vendido al gentío! Los pícaros prometen avances.

La población –y no necesariamente la inculta- se ha tragado a pie juntillas que al volarse la Constitución los políticos serán “nuevas criaturas” siendo viejas y peores fichas las que conformarían una posible constituyente. Uno que otro rostro nuevo, pero al final de cuentas el cuento es que los corruptos no pueden ni deben redactar nada nuevo.

El reñido triunfo de JOH ha llevado a su régimen a buscar mil maneras por la reconciliación. La Organización de Estados Americanos (OEA) nominó al expresidente Álvaro Colom, quien indicó que todo girará sobre “reformas electorales y a fortalecer la democracia”. Entonces, ¿se regulará la reelección o seguiremos con el molote?

¿Será que los antagonistas quieren abrir más plazas en el Tribunal Supremo Electoral (TSE), en el Registro Nacional de las Personas (RNP) y el Tribunal Superior de Cuentas (TSC) y en la Junta Directiva del Congreso? Los cambios que tanto aclaman son para repartirse la jugosa torta estatal. No nos vengan con pajas que todo es el por el bien del pueblo.

Pillos
Todos dicen tener la varita mágica para gobernar el país y piden que desde afuera les den cátedra de cómo componer el país. Ustedes no quieren entender que primero deben deponer sus codicias extremas y castigarse de una vez y sin tientos sus delitos, esos descomunales saqueos públicos que consuman hablando de reducir la penuria.

Es vergonzoso que extranjeros –al estilo de Los Acuerdos de Cartagena- nos dicten sus estilos para que cabezas de nuestra política criolla siempre queden en lo mismo, prometiendo virtud si la mayoría se ha pasado las leyes por donde no les pega el sol. Si vienen a redactar estupideces al estilo de 2009, mejor dejen las cosas como están y cada quien para su casa pues a la cárcel nadie va.

También nos platican que se instaló un grupo de “empresarios” locales para dar ingreso a una “misión exploratoria” de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que dialogaría por separado con cada uno de los partidos –incluyendo al cachureco-. Estos también meterán las narices para indagar sobre el gritado fraude electoral.

Caras duras
Nos causa tristeza que supuestos analistas –llamados politólogos-, financieros y uno que otro paisano vividores de la teta pública o de diplomáticos inútiles de antaño, chillen transparencia y moral, cuando algunos de ellos nunca han generado empleos masivos, no pagan impuestos ni honraron millonarias moras al Estado.

En medio de las angustias es injusto que por falta de voluntad política de uno y de otro bando, centremos esperanzas en forasteros para poner orden en la casa. Todos sabemos que el famoso Acuerdo de Cartagena fiado por Óscar Arias, lejos de mermar la crisis de 2009, la ahondó, generó más bajeza en unos políticos y liberó de la prisión a los inmorales.

Nadie de los actores se implica con la ruina económica, de los atracos atrevidos al erario, de los prófugos de la justicia, de ceder políticos y empresarios narcos que son garantes del despelote nacional. Si urgen reformas políticas, ustedes urgen de un reformatorio.