Aunque en un principio la vida le mostró un mundo lleno de obstáculos, su fe y perseverancia le permitieron escalar cada peldaño para crecer y triunfar en la vida. Se trata de Alexa Denisse Zúñiga Argeñal quien, a sus 38 años, tiene una maravillosa historia que hoy comparte a través de EL HERALDO.
Y es que al momento de nacer un 10 de enero de 1975, se conoció que no tendría la posibilidad de hablar ni oír, pero esto no detuvo su desarrollo cognoscitivo y hoy es una de las mejores profesionales del área de las finanzas. Los primeros pasos en el mundo de la educación los realizó en el Centro Investigación Rehabilitación Especial (CIRE), la primaria en la escuela Paraguay y la secundaria en el instituto Modelo, donde recibió el título de perito mercantil. A medida que avanzaba en su carrera, por su dedicación y responsabilidad en cada una de sus tareas, fue nombrada tesorera de cada grado en que era matriculada,
“Además de ir a la escuela recibía tutoría, el apoyo de mis padres y una vez que me gradué empecé a laborar”, manifestó a través de su intérprete, Zunilda Rivera.
En su vida también han estado presentes las intervenciones quirúrgicas, ya que en dos ocasiones fue llevada al quirófano, la primera vez en México y luego en los Estados Unidos, tras una operación en la columna y el pie ya que padecía de acortamiento de tendón de Aquiles.
“Mi madre es mi mejor amiga, desde pequeña ha sido una ayuda mutua, a veces cuando estamos viendo la televisión mi mamá me ayuda, me explica los conceptos que no entiendo”, aseguró.
Otra faceta triste en su vida fue al momento de perder a su padre, German Edgardo Zúñiga, quien murió a causa de un infarto. A causa de esta situación se vio obligada a trabajar para aportar ingresos económicos para la familia.
“Una persona sorda como yo debe evitar el temor y enfrentarse a todo”, expresó con valor. Alexa es una persona independiente y apoya hasta con los quehaceres domésticos.
También aprendió a conducir y nunca ha sufrido un percance mientras recorre las calles de la capital. Aseguró que cada día antes de salir de casa se encomienda a Dios para que pueda realizar su trabajo de la mejor manera tal y como está acostumbrada a trabajar, en medio de personas que no cuentan con una discapacidad pero que la respetan por su profesionalismo.
Profesional
Sus retos estudiantiles no se estancaron y decidió ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), donde logró el título de técnico universitario en microfinanzas y se abrió camino entre los mejores empleados del Banco Central de Honduras.
En su hogar se recibió a otro miembro con capacidades especiales, por lo que sus padres se esforzaron por no renunciar a sus sueños por no contar con su voz y capacidad auditiva. “Trabajé ocho años en la banca privada y llegué a ganarme el puesto de auxiliar contable de préstamos, pero la agencia financiera con la que trabajaba cerró y logré una plaza en el BCH desde 2004, fecha que fui contratada en esta institución tan prestigiosa”, dijo.
