El exdirector de Fiscalías del Ministerio Público, Roberto Ramírez Aldana, confesó que le sorprendió su destitución.
A su vez, reconoció que removerlo del cargo es una atribución del fiscal general, Óscar Chinchilla.
En la tarde del miércoles, Chinchilla juramentó a Rolando Argueta como nuevo director de Fiscalías, en sustitución de Aldana.
“Recibí la notificación (el miércoles) al mediodía sobre la suspensión del acuerdo, me sorprendió porque no había tenido comunicación con las autoridades, sin embargo, somos obedientes a la ley y esta es una atribución (del fiscal general)”, reveló.
El profesional del derecho dijo que al ser nombrado por la Comisión Interventora de manera interina se encontró un MP y una dirección de fiscales convulsionadas.
Sin embargo, destacó que se conformó un buen equipo de fiscales con un esquema de trabajo transparente, que conoce la institución y espera que los dos fiscales generales lo tomen en cuenta para construir las políticas que se necesitan en el MP y satisfacer la expectativa social.
“No he tenido comunicación con el fiscal general, Óscar Chichilla, pero sí con el doctor (Rigoberto) Cuéllar, hasta el momento desconozco las razones que motivaron este nombramiento, reconozco que es legal, porque es del fiscal general”, dijo. Refirió que Cuéllar le dijo estar sorprendido por esta situación.
Rebeldía
Sobre su futuro en la institución, dijo que es un fiscal de carrera, que en cualquier lugar al que se le asigne lo hará con responsabilidad y transparencia.
A pesar que Chinchilla dispuso que coordinara la Unidad Nacional de Apoyo Fiscal, Ramírez Aldana anunció que volvería a asesorar la Fiscalía Adjunta.
“Tengo mi plaza dentro de la Fiscalía General Adjunta, de alguna manera platicamos (con Cuéllar) y acordamos que si es posible vamos a reintegrarnos a ese lugar de trabajo para acompañar la gestión del MP desde esa posición”, dijo.
Por otro lado, agradeció el apoyo de los fiscales y de diversos sectores que le han reconocido su trabajo y liderazgo.
“Seguimos creyendo que la institución necesita paz, he entendido en las Escrituras que después de la paz viene la justicia y sabemos que el país va a ser lleno de esa justicia que estamos necesitando”, expresó.
Ramírez Aldana se reunió con Argueta para entregarle un informe de los trabajos realizados durante su gestión.
Malestar
La abrupta separación de Ramírez Aldana habría provocado un distanciamiento entre el fiscal adjunto, Rigoberto Cuéllar, con el fiscal general, Óscar Chinchilla.
A pocos minutos de haberse oficializado el nombramiento de Argueta, el fiscal adjunto afirmaba a medios de comunicación que Ramírez Aldana se mantenía en el cargo.
Cuéllar incluso argumentó la existencia de un acuerdo: que antes de remover a un fiscal, Chinchilla se lo notificaría.
En este caso particular, el fiscal general separó a Ramírez Aldana sin que Cuéllar se enterara.
El adjunto externó su malestar y desacuerdo por la separación, exponiendo que las cosas se pueden hacer de una mejor manera.
Al ser consultado sobre cuál era su reacción sobre el nombramiento de Argueta, mientras se encontraba en el Juzgado Penal, con sus manos gesticuló que no quería referirse más al tema.
