El proceso de ordenación que se inició a finales de los años 90 no se le dio continuidad, por eso la Policía se contaminó, sostuvo el exdiputado German Leitzelar, miembro de aquella comisión interventora que en 1993 lideró el traspaso de la policía del mando militar al orden civil.
Lo que pasa actualmente en la Policía
es que no se siguió el proceso de depuración que inició aquella comisión interventora y la institución comenzó a operar en forma desarmonizada, sin los mecanismos que debía tener, y por eso se contaminó.
Ahora se vuelve a retomar aquel proceso, pero hoy es más difícil porque no es de ordenamiento sino de reordenamiento.
“Hay que reconocer que el Congreso
ha impulsado enormemente leyes y mecanismos para ir depurando el cuerpo policial y se está siguiendo un proceso. Pero con todos esos agravantes, no estamos construyendo sino reformando lo ya construido, eso va a llevar un poco más de tiempo”.
A su criterio, hay que fortalecer la Policía con órganos especiales como el caso de Tigres, pero no se puede impulsar este escuadrón mientras no se limpie la institución.
Por eso, ante la problemática de la inseguridad y del crecimiento del crimen organizado, del narcotráfico, se ha tenido que recurrir a un organismo más ordenado y mejor planificado, como lo es las Fuerzas Armadas, a la que la Constitución de la República
faculta en casos de emergencia a participar en los mecanismos de seguridad interna, recordó el congresista.
“Pero no debemos olvidar que la única que puede garantizar la paz social es la Policía, de ahí una necesidad real de recuperarla y fortalecerla, consolidarla”.
Lo correcto es que el nuevo cuerpo policial tenga un mecanismo permanente de depuración. Hay que iniciar la depuración con las personas que van a ingresar y depurar a los que ya están, añadió Leitzelar.