Líderes de las sangrientas pandillas Salvatrucha (MS-13) y 18 firmaron un acuerdo en el penal se San Pedro Sula, por separado, en el que pactaron no agredirse mutuamente y no cometer delitos contra del resto de la población, pero que finalmente no resultó.
“Ofrecemos cero violencia en las calles, cero crímenes, este es solo un primer paso y lo vamos a demostrar con los hechos”, dijo “Marco”, otro integrante de la MS-13 en mayo de 2013 cuando se rubricó el fallido pacto.
El trato fracasó porque los miembros de estas organizaciones criminales solamente dieron un corto tiempo de paz y luego volvieron a sus andanzas.
El acuerdo de pacificación fue apoyado por monseñor Rómulo Emiliani, una de las figuras más reconocidas que ha luchado para que los pandilleros sean rehabilitados.