Nicolás Maduro dio una cátedra de improvisación de gobernante ya que una vez muerto Hugo Chávez quedó como heredero absoluto al frente de la revolución bolivariana y no pudo asimilar el poder, ya que “vio” a Chávez como “pajarito”, una imagen del desaparecido teniente coronel en una pared del metro y en otras formas.
Igualmente durmió en el panteón donde yacen los restos mortales del dirigente fundador de la Venezuela socialista, con el fin que su “espíritu” pudiera auxiliarlo.