Bien dicen que no a cualquiera se le llama mascota. Y es que las celebridades gastan miles y miles de dólares para darles a sus perros o gatos los mimos inimaginables. Los tratan a veces mejor que a ellos mismos.
Para sus mimosos destinan al año una cuantiosa fortuna, que bien podría servir para apadrinar a varios niños de los países tercermundistas.
El mejor fondo de armario, los mejores psicoterapeutas, los mejores masajistas, los mejores cuidadores del mundo trabajan para estas especies, que se dan la gran vida como cualquier artista.
Muchas celebridades comparten sus ajetreadas vidas con sus mascotas, marcando además las pautas de las razas y los accesorios que están de moda.
Algunas prefieren perros, otros gatos e incluso cerdos vietnamitas, como George Clooney.
Si bien el porcino ya falleció, su amo llegó a decir: “Era un cerdo de los más grandes que habían visto en su vida los veterinarios. Me ha sorprendido. Ha compartido una gran parte de mi vida. Max cubrió todas mis necesidades de cerdo para siempre”.
Pero sin duda, las más fashion y las indiscutibles reinas de las mascotas son las de Paris Hilton.
La heredera ha creado para sus animales una réplica de su mansión de Beverly Hills en miniatura, para que los canes puedan disfrutar de ella a sus anchas.
Son 18 caninos pequeños de diferentes razas, pero predominan los chihuahuas.
Los nombres de los perros son tan estrafalarios y divertidos como la vida de Paris y entre ellos figuran Marilyn Monroe, Dolce, Harajuku Bitch, Prince, y la más famosa de todas, su chihuahua Tinkerbell, quien se convirtió en toda una estrella tras su paso por el programa televisivo Simple Life, en donde la heredera cambiaba su lujosa vida en Los Ángeles por vivir una experiencia en diferentes pueblos de Estados Unidos junto a su gran amiga Nicole Richie.