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Se despide de la vida el pintor hondureño Benigno Gómez

El destacado artista murió esta madrugada en su casa de habitación en la colonia Kennedy, a causa de complicaciones en su salud

13.09.2017

Tegucigalpa, Honduras
El maestro de la plástica Benigno Gómez López, se despidió para siempre de este mundo luego de casi 60 años de trayectoria en los que demostró en reiteradas ocasiones que su talento no tenía límites.

'Con justa razón, la historia del arte hondureño lo reconoce como uno de los máximos exponentes de la pintura, quien además de haber formado generaciones de profesionales, poseía una gran calidez humana, era un hombre muy sencillo', expresó el catedrático de la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), Gabriel Saldívar.

Gómez, quien nació el 17 de enero de 1934 en Naranjito, Santa Bárbara, obtuvo el título de Bachiller en Artes Plásticas de la ENBA en 1959. Posteriormente, logró su Licenciatura en el curso de pintura de la Academia de Bellas Artes de Roma, Italia, en el año 1965.

La obra del artista se define como de tendencia figurativo-surrealista, que le permitió exponer su pasión en Centroamérica, América del Sur, Estados Unidos y la mayor parte de los países europeos.

El arte de Benigno marcó un hito en la historia de Honduras.

El arte de Benigno marcó un hito en la historia de Honduras.


' Benigno fue de los artistas que surgió con una propuesta de obra plástica propia, en la que podemos reconocer rasgos característicos formales sobre su técnica, colores e inspiraciones, así que podemos decir que tiene muy bien reconocido su trabajo', apuntó Saldívar.

A lo largo de su trayectoria se hizo acrededor a numerosos galardones, entre ellos el Premio Nacional de Arte 'Pablo Zelaya Sierra' en 1976, el primer premio en el Segundo Festival Pictórico 'Arturo López Rodezno' en 1979, el primer lugar y medalla de oro en el I Salón FAO de Pintura Hondureña en 1984 y el premio único en el Certamen Nacional de Pintura 'Álvaro Canales' en 1984.

Además, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) seleccionó su cuadro 'Las palomas' para ser utilizado en la nueva emisión de estampilla conmemorando el 40 aniversario de su fundación en 1986.

Gómez también fue catedrático de la Escuela Nacional de Bellas Artes entre los años 1967-1977, sobre la que expresó en un catálogo de colección de obras de la misma academia: 'Siendo la ENBA el yunque donde se han formado la mayoría de los artistas plásticos, estos no reciben el apoyo necesario, puesto que una vez salidos de la escuela, muchos talentos se ven en la necesidad de buscar otras actividades para supervivir'.

'Dígase lo que se diga, nuestra pintura tiene un lenguaje universal. Una de las razones por las cuales la pintura hondureña ha querido ser menospreciada ha sido la falta de unidad entre los artistas. A veces se han hecho intentos de unificación, pero la poca seriedad y la superficialidad con que se enfocan los temas, hacen que estos no queden más que en sanas intenciones', dijo el fallecido autor.

La obra de Benigno Gómez marcó un hito en la historia de la pintura hondureña, y gracias a su inmemorable talento, será recordado en el corazón de muchos apasionados por el arte.