Tegucigalpa, Honduras- A 27 días de las elecciones generales del 30 de noviembre de 2025, Honduras enfrenta un panorama político enrarecido por la desinformación, la polarización y la incertidumbre institucional.
Las narrativas falsas, los audios de procedencia dudosa, los deepfakes y las encuestas sin rigor técnico han colocado a la ciudadanía en una encrucijada de desconfianza hacia el sistema electoral.
Mientras el país se prepara para elegir a sus nuevas autoridades, el ambiente está marcado por el choque entre el oficialismo y la oposición.
Más de 70 diputados extendieron el periodo de sesiones ordinarias a noviembre, diciembre y enero de 2026, pero el Congreso (bajo control del oficialismo) instaló una Comisión Permanente de nueve miembros sin respetar lo aprobado, dejando una pugna abierta sobre la legitimidad de las decisiones legislativas.
En paralelo, el Ministerio Público mantiene abierta una investigación contra la consejera electoral nacionalista Cosette López, con base en audios cuya autenticidad ha sido cuestionada por expertos.
Las Fuerzas Armadas, además, han irrumpido en el debate público con exigencias inusuales para participar en el conteo de votos, un rol que la Constitución no les concede, como lo explicó EH Verifica.
Este contexto institucional fracturado se convierte en terreno fértil para la desinformación, que se propaga sin freno en redes sociales y aplicaciones de mensajería, afectando directamente la confianza de los hondureños en su voto.
Diferencias Narrativas
La sofisticación tecnológica ha cambiado la forma en que se fabrica la mentira. Durante las últimas semanas, circulan videos falsos creados con inteligencia artificial (IA) que muestran a figuras políticas diciendo frases que nunca pronunciaron. Entre ellos, un clip manipulado del jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández, en el que supuestamente pide el voto para la candidata oficialista Rixi Moncada.
A este fenómeno se suman las piezas de desinformación que reutilizan entrevistas de años anteriores para presentarlas como recientes, con el objetivo de construir narrativas engañosas.
Citas inventadas, montajes y publicaciones adulteradas de medios reconocidos también han contribuido a distorsionar la percepción pública sobre los candidatos y sus posturas.
Otra modalidad recurrente es la “guerra de encuestas”. En redes circulan estudios sin ficha técnica, promovidos por cuentas partidarias o portales anónimos, que posicionan de manera contradictoria a los aspirantes presidenciales.
Estas publicaciones no solo confunden al electorado, sino que también generan una falsa sensación de ventaja o derrota, condicionando la intención de voto.
Según observadores y académicos, el impacto psicológico de estas estrategias es profundo: buscan desmovilizar al votante crítico, afianzar las convicciones del núcleo duro partidario y sembrar desconfianza hacia las instituciones que organizan los comicios.
Voto informado en riesgo
Honduras cuenta con casi 6.5 millones de ciudadanos habilitados para votar, de los cuales alrededor de un millón sufragará por primera vez.
Este segmento (en su mayoría jóvenes expuestos al ecosistema digital) es especialmente vulnerable a los bulos electorales.
Entre las falsedades más difundidas destaca la idea de que el voto en plancha es obligatorio, una manipulación legal promovida por aspirantes a diputados que buscan arrastrar apoyo a su partido. También circulan mensajes que advierten supuestos cambios en los centros de votación o en los plazos del Registro Nacional de las Personas, todos desmentidos por EH Verifica.
La multiplicación de estos engaños tiene un efecto acumulativo: mina la credibilidad de los votantes, polariza las conversaciones y debilita el principio democrático de elegir libremente.
Expertos en desinformación advierten que, cuando el ciudadano duda de la legitimidad del proceso o de la veracidad de lo que ve y escucha, el voto deja de percibirse como una herramienta de cambio y se convierte en un acto de desconfianza.
En este clima, la tarea de los medios de verificación como EL HERALDO y LA PRENSA y de las plataformas independientes es vital.
Contrarrestar la manipulación con evidencia, promover la educación mediática y fomentar un voto razonado se vuelve un imperativo cívico, dicen los analistas.
Porque más allá de quién gane las elecciones, lo que está en juego es la confianza en el sistema democrático. Y sin confianza, ninguna democracia sobrevive, plantean las fuentes de EH Verifica.