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Xiomara Castro, la mujer que carga con la tradición de los Zelaya y el peso de convertirse en la primera presidenta  

Xiomara Castro lidera uno de los partidos con más votantes en Honduras, desde 2013 se convirtió en su principal aspirante; en 2017 cedió su candidatura a Nasralla, pero en este 2021 aspira a cambiar la historia de Honduras y ser la primera mujer en el Ejecutivo
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02.11.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Es una mujer valiente, muy sonriente y dinámica. Cuando habla tiene un tono peculiar que parece que está cantando. Su mirada es muy expresiva, quizá por sus ojos oscuros que de vez en cuando parecen retar.

Siempre está al frente en las concentraciones, pero detrás de ella hay todo un equipo que la asesora, especialmente su hijo Héctor Zelaya. De vez en cuando también está su esposo Manuel “Mel” Zelaya, aunque pocas veces se les observa juntos.

Iris Xiomara Castro es la mujer que carga con la tradición política de una familia que lleva años lanzándose a candidaturas de elección popular, pero sobre sus hombros pesa algo más que la disputa por el Ejecutivo: aspirar a convertirse en la primera mujer presidenta de la historia de Honduras.

En 2019 sumó 10 años de experiencia en la política y, aunque cada vez se le ve más segura, las entrevistas con los medios de comunicación o espacios de debate no están en su apretada agenda, ni siquiera solicitándolo con meses de antelación.

La prioridad son sus simpatizantes, las reuniones con líderes municipales y departamentales y, últimamente, socializar su detallado plan de gobierno con todos los sectores.

EL HERALDO solicitó en varias ocasiones una entrevista con la candidata, pero su hijo Héctor solo respondió “lo tengo bien presente”. Nunca se concretó, pese a las llamadas, mensajes y hasta acercamientos personales con parte del equipo de comunicaciones.

Castro no es afín a las entrevistas en medios de comunicación. La última vez que respondió preguntas a periodistas fue en octubre cuando el señor de la televisión, Salvador Nasralla, declinó a su candidatura presidencial por el Partido Salvador de Honduras y se sumó a la “Alianza con el pueblo”.

Foto: El Heraldo

A mediados de octubre, Xiomara Castro y Salvador Nasralla anunciaron -por segunda ocasión- una alianza para unir fuerzas electorales.


'Hoy podemos decir que a la dictadura le estamos poniendo punto final', gritó con tono firme Castro, minutos después de que Nasralla dijera sentirse “honrado”, ya que “por primera vez tendremos en la historia de Honduras a una mujer presidenta'.

Según el excanciller y analista político, Ernesto Paz Aguilar, el mantenerse alejada de las cámaras, reflectores y micrófonos, especialmente de aquellos medios que no siguen su línea polpitica, es una forma de proteger la imagen, sobre todo cuando hay una campaña que se considera anticomunista.

El experto se refirió a la campaña mediática que el Partido Nacional montó en todas las plataformas, criticando el plan de gobierno de Castro y diciendo 'no al comunismo'.

Xiomara y la izquierda

Antes del golpe de Estado, Castro era la primera dama, la mujer que no ejercía como funcionaria, pero que lideraba eventos que le competían completamente por ser la esposa del entonces presidente Zelaya Rosales.

El 28 de junio de 2009, cuando las Fuerzas Armadas de Honduras sacaron a su esposo de su casa de habitación y lo enviaron a otro país, ella estaba allí. En entrevista con medios internacionales contó lo angustioso que fue ese proceso, pero también hizo un llamado para salir a las calles.

Allí fue donde Castro dio sus primeros pasos en la política, no como candidata, sino como lideresa de un movimiento que años después (en 2011) se convertiría en una de las tres grandes fuerzas políticas de Honduras, rompiendo con el bipartidismo.

Su preparación fue completamente notable, ya que pasó de ser una mujer con voz temerosa a que la vieran como vanguardista, siempre con su peculiaridad de hablar como si cantara.

Para Paz Aguilar, el que Xiomara fuera elegida en 2013 como la primera candidata del Partido Libre fue una buena jugada política, ya que “Mel” no podía participar en los comicios porque la ley se lo prohibía.

“La persona más cercana al presidente es su esposa”, dijo, haciendo alusión a que es un comportamiento bastante común en América Latina cuando el presidente ya no puede asumir el cargo por muerte, leyes o enfermedad.

“Cuando desaparece el esposo hay muchos países que se juegan la carta con la viuda”, especificó sobre el caso de Violeta Barrios de Chamorro en Nicaragua.

Sumado a esto, Honduras es de los países mejor calificados en liderazgo femenino, es decir, que con su candidatura podía garantizar el triunfo. Aún así, en esos comicios perdió ante Juan Orlando Hernández.

Lo mismo ocurrió en 2017, pese a que en ese año se creó la Alianza de Oposición, donde fue Castro quien cedió la candidatura para que Nasralla aspirara a la presidencia. Por segunda ocasión, en medio de denuncias de fraude, perdieron ante Hérnández, quien está por concretar su segundo mandato.

El excanciller afirmó que en los comicios del 28 de noviembre, este patrón podría romperse, sobre todo porque Castro tiene el apoyo de dos partidos y un plan de gobierno que ya socializó con varios sectores.

¿Pedazos del liderazgo de Mel?

Dentro de Libre nadie se atreve a hablar bien o mal de la familia Castro Zelaya, prefieren evadir el tema. EL HERALDO preguntó a varios simpatizantes de Libre, incluso, precandidatos a la presidencia en las primarias, pero prefirieron no decir nada.

En entrevistas anteriores, antes de que Castro triunfara frente a tres oponentes de diferentes corrientes a lo interno de ese partido, dos de ellos dijeron ser presionados para apoyar a la única mujer en la papeleta de presidenciables, pero no cedieron.

Cuando Castro ganó, uno de ellos buscó un nuevo espacio en la Unión Nacional Opositora de Honduras (UNOH), encabezada por Nasralla y el Pinu para las generales, pero que en octubre se unieron a Libre.

Aunque Castro ya tiene una amplia trayectoria en la política, hay quienes aseguran que solo defiende los intereses de Zelaya Rosales, quien procede de una familia que tiene 400 años de historia en la política (aparecen en el proceso de colonización con los españoles).

Foto: El Heraldo

Cuatro años después del golpe de Estado en Honduras, Xiomara Castro se lanzó como candidata de Libre. Su esposo fue uno de los principales promotores, sin embargo, en los últimos años no se les ve juntos en giras o concentraciones.
Incluso, Marlon Escoto, quien afirmó coordinar la resistencia en Olancho, dijo que se alejó del movimiento cuando Libre nace, porque 'sé que ese partido es de ‘Mel’ hasta que se muera y no se lo va a dar a nadie”.

Pese a eso, grupos feministas afines a ese partido defienden su aspiración a la presidencia, pues consideran que no es fácil asumir de forma tan rápida un liderazgo que por años ha sido de hombres, sobre todo en partidos históricamente conservadores.

Para ellas, eso también explica por qué se mantiene lejos de las cámaras, pues además de lidiar con la idea de cargar con un partido de izquierda, hay quienes “no permiten que presente propuestas diferentes”, como muchas de las que sobresalen en su cuestionado plan de gobierno.

Procedencia

Xiomara Castro, quien nació en la capital de Honduras el 30 de septiembre de 1959, proviene de una familia acomodada y cercana a la política.

Su padre fue el fallecido Irene Castro Reyes y su madre Doris Sarmiento Montoya, quienes la entregaron en el altar cuando decidió casarse con Manuel Zelaya Rosales. Castro apenas tenía 20 años.

Xiomara Castro tenía 20 años cuando se casó con 'Mel' Zelaya. Tras su boda se instaló en Catacamas, Olancho, donde criaron a sus cuatro hijos.


Aunque nació y estudió en la capital de Honduras, al casarse con “Mel” se mudó a Catacamas, Olancho, donde su esposo se encargaba de las empresas que su padre había dejado después de ser encarcelado por la famosa masacre de Los Horcones.

Con “Mel” crio a sus hijos Zoe, Héctor Manuel, Hortensia Xiomara y José Manuel Zelaya Castro, quienes en su mayoría siguen la costumbre que rodea a la familia desde hace cuatro siglos: aspirar a cargos de elección popular.

Castro se convirtió en una mujer empresaria y para ayudar a que su esposo ganara la presidencia organizó la rama femenina del liberalismo en Catacamas.

Sus estudios de primaria y secundaria los cursó en los institutos San José del Carmen y, posteriormente, en el María Auxiliadora. Pocos saben que tiene un título universitario en administración de empresas en el Instituto Hondureño de Cultura Interamericana, que obtuvo después de casarse con Zelaya Rosales.

De su juventud se conoce poco, ya que es muy discreta al hablar de su vida privada. En un perfil creado por el Partido Libre menciona que perteneció a la Asociación de Esposas de Miembros del Rotary Club de Catacamas.

Además, creó el Centro de Cuidado Diurno para Niños en ese mismo municipio para ayudar con pequeños proyectos a las familias monoparentales, encabezadas por mujeres.

En 2016 la Conferencia de Partidos Políticos de América Latina (Coppal) la nombró como presidenta, debido a su liderazgo tras el golpe de Estado. Desde entonces, su voz resuena fuerte entre las multitudes, aunque no se replica en los medios de comunicación porque prefiere mantenerse al márgen de las cámaras.