Dinero & Negocios

Palmeros revolucionan agroindustria

Construyen planta de biodiésel y vitaminas en Choloma
14.06.2016

Tegucigalpa, Honduras

La industrialización del cultivo de la palma africana y la caña de azúcar pone a Honduras como protagonista en el desarrollo energético y alimenticio en Latinoamérica.

Este mes llegaron los equipos para la puesta en operación (en septiembre) de la primera planta de elaboración de biodiésel y fitonutrientes provenientes de la palma africana.

Se trata de la empresa Biocombustibles y Salud (Biosa), que esta semana inaugura su planta de producción en Choloma, que permitirá al país reducir las millonarias importaciones de diésel y, sobre todo, de vitaminas para uso alimenticio y farmacéutico.

Y es que los fitonutrientes son usados por la industria en general y permiten mejorar la calidad de una serie de productos de consumo popular.

Biosa
La hondureña empresa Biosa, propiedad del Grupo Coinsu, que aglutina a 47 productores de palma africana, abrirá operaciones en el último trimestre del año. Con una inversión de 14.60 millones de dólares, la planta producirá unos 650 kilogramos diarios de tres tipos de vitamina E y vitamina A. Además, va a procesar 4,500 galones diarios de combustible.

Héctor Castro, gerente general y director ejecutivo de Biosa, señala que la planta, primera de su tipo, será la número 14 del sector palmero hondureño.

En la actualidad hay 13 plantas instaladas en los departamentos de Cortés, Yoro, Atlántida y Colón, en el litoral atlántico, que procesan y comercializan la fruta de la palma, una actividad tan rentable para la economía nacional que al cierre de 2015 representó 242.5 millones de dólares en divisas por exportaciones, de acuerdo a cifras del Banco Central de Honduras (BCH).

Primeros en Latinoamérica
El proceso será único en su tipo en América Latina porque seremos los primeros en el continente en utilizar una materia prima natural como el aceite para elaborar vitaminas A y E, vitales en la prevención del cáncer”, dice Castro, vicepresidente de la Federación Nacional de Productores de Palma de Honduras (Fenapalmah) y presidente de la Asociación de Industrias de la Palma Aceitera Hondureña (AIPAH).

Y es que el aceite de palma tiene un alto contenido en licopeno y betacarotenos, representa la mayor fuente natural de provitamina A y de tocotrienol, la forma más potente de la vitamina E, que ha demostrado tener actividad contra las células neoplásicas prostáticas.

“Estos fitonutrientes tienen una amplia demanda en el mercado nacional y regional, nosotros esperamos responder a la demanda de la agroindustria”, agrega Castro.

Existen estudios, agrega, sobre el consumo de vitamina E para prevenir enfermedades crónicas, mantener el sistema inmune fuerte ante virus y retardar el envejecimiento. El aceite de palma también inhibe el crecimiento de tumores y tiene la capacidad de reducir la muerte celular programada, de acuerdo con la investigación “Mercado de los derivados del aceite”.

Juan Antonio Ruano, docente del Departamento de Agroindustria Alimentaria de El Zamorano y jefe del Laboratorio de Análisis de Alimentos y de la Planta de Biodiésel, confirma la calidad del producto.
El experto es el encargado en estudios para el desarrollo de métodos analíticos para la cuantificación de las propiedades físicas y los componentes químicos de los alimentos. Además del control de calidad de aceites y grasas para la producción de biocombustibles, bioplásticos y recubrimientos biodegradables.

“Biosa está sentando un precedente diferenciado en la agroindustria nacional, ha identificado el potencial de lo que unos años atrás era considerado subproductos. Están desarrollando metodologías que les permiten aprovechar integralmente los productos y subproductos que se obtienen a partir de la palma africana y otras oleaginosas”, apuntó.

Biosa y Zamorano forman parte del proyecto del CITAZ (Centro de Innovación Tecnológica de Alimentos de Zamorano) del Departamento de Agroindustria Alimentaria de esa institución.
Nosotros, agregó, tenemos la oportunidad; primero a través de nuestros laboratorios, de conocer de mejor manera qué componentes hacen parte de estos productos que Biosa tiene. Después de caracterizar esos productos, trabajan en el desarrollo y aplicación de los mismos en alimentos de alto consumo.

“Puede ser harinas, café, azúcar; productos que el hondureño consume en el día a día y que sería ideal poder darles un valor agregado (biofortificación) con el principal objetivo de no solo producir, sino alimentar y nutrir a la población hondureña con productos diferenciados, haciendo uso de recursos que son bastante valiosos en la región y que naturalmente nosotros no sabemos explotar. Biosa realmente tiene una visión a corto plazo muy buena”, destacó el científico.

Algunos de los graduados de la Clase 2015 de El Zamorano están trabajando para Biosa, empresa que también está en contacto con investigadores en Brasil.

FDA
La relación entre Biosa y El Zamorano permite también el desarrollo de métodos nuevos junto a la FDA (Administración de Alimentos y Drogas, por sus siglas en ingles) en Estados Unidos y estos métodos se acoplan a las necesidades que Biosa tenía de caracterizar y desarrollar estos productos.
La certificación de estos procesos garantizan la venta y exportación de los productos de Biosa.

Cómo nace Biosa
Héctor Castro, gerente de la empresa, señala que su origen fue la necesidad, en este caso, la de agregar valor a los procesos industriales del aceite de palma. “Luego tomamos consciencia de la verdadera dimensión del proyecto, que es mejorar la calidad de vida de miles de personas a través de un impacto especial y diferenciado en la salud de las persona y el ambiente”.

Recuerda que al no existir en América una empresa produciendo fitonutrientes (vitaminas) del aceite de palma tuvieron que buscar en Europa una tecnología similar que se usará con otros aceites vegetales.
“La experiencia fue nueva y enriquecedora para nosotros y los tecnólogos europeos, pues el aceite de palma tiene una diferenciación superior que nos permitirá tener un proceso validado único para producir los mejores antioxidantes para el mercado de nutraceúticos y poder hacer vinculaciones con otros sectores productivos de alimentos y bebidas. Actualmente existen dos plantas en Asia operando con aceite de palma, pero nosotros llevamos elementos nuevos de gran valor superior”, apuntó.

Sobre el monto de inversión que hacen en la planta para la producción de fitonutrientes, explicó que tiene mucho que ver el tamaño de planta y el nivel tecnológico incorporado y oscila entre 1 y 1.20 millones de euros por tonelada diaria procesada.

Además, y en asociación con los productores de azúcar, tendrán una producción de 4,500 galones diarios de biodiésel, con lo que buscan competir en el consumo de diésel, en especial en el rubro de transporte.
“La planta de producción usará 100% energía renovable y buscará opciones de ingreso adicional por la producción y comercialización de biocombustibles”, agregó. Un beneficio adicional que esperan lograr es la venta de bonos de carbono por la reducción de la emisión de gases invernadero. “Ahora mismo los precios son bajos, pero esperamos que este mercado del carbono mejore”, concluyó.