A sus 89 años sigue al frente del negocio que él mismo transformó de una pequeña tienda a una empresa líder en ferretería y todo tipo de productos para el hogar. Emilio Larach Chehade nació en San Pedro Sula el 31 de agosto de 1929, hijo de los inmigrantes palestinos Salomón y Emilia Larach.
Realizó educación primaria en el Instituto San Vicente de Paul, su bachillerato en el José Trinidad Reyes y culminó sus estudios universitarios en administración de empresas en Estados Unidos.
A sus 22 años (en 1951) se incorpora a laborar en el almacén Jorge J. Larach en San Pedro Sula, propiedad de quien posteriormente se convirtió en su suegro, ya que en esa época contrajo nupcias con Vilma Larach. Su suegro los impulsa a trasladarse a Tegucigalpa para hacerse cargo de la sucursal de Jorge J. Larach.
Es así que Emilio Larach asume la gerencia general en 1955; dándole énfasis a la calidad de sus productos y atención al público para convertirse en 1962 como Larach & Cía, empresa que se reconoce como número uno ferretería, número uno en economía.
A través de la inversión y el espíritu visionario en 63 años, Larach & Compañía S de RL pasó de tener 10 a 1,250 empleados en la actualidad.
La empresa está compuesta por seis tiendas en Tegucigalpa y una en San Pedro Sula. Está última fue inaugurada ayer y es la más grande, catalogada como un “Home Center” con más de 40,000 artículos a la disposición del público y una inversión de 350 millones de lempiras.
“Volvimos adonde nacimos (San Pedro Sula). Si no invertimos, la competencia de afuera viene”, expresó Emilio Larach.
Don Emilio es un permanente defensor del medio ambiente, patrocinador del deporte y colaborador en obras sociales, labor que ha sido reconocida en múltiples ocasiones.
Por su esfuerzo en promover el uso de lámparas eléctricas más eficientes y por contribuir a reducir las liberaciones de mercurio, la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (Mi Ambiente) y la Organización de las Naciones Unidos (ONU), Larach fue objeto de un doble reconocimiento, en mayo pasado.
Al empresario también se le reconoció en 2015 como un hondureño ejemplar por practicar el valor de la responsabilidad por parte de la Asociación Hondureña al Rescate de los Valores Morales (Valmoral).
Su mayor motivación son su única hija y sus tres nietos. Su nieta mayor es la jefe de finanzas y dos varones estudian en Boston. “Ellos van a venir a trabajar aquí y yo puedo ir a dormir más tiempo en el futuro”, comenta Larach.
Según el empresario, las inversiones no las hace por ambición, ya que no tiene necesidad de tener más dinero.
“Para que voy a hacer más dinero... para que tanto. Es para que a los nietos les entren el deseo de trabajar”, dijo al destacar que uno de sus principios es la honestidad, en particular al no jugar con los precios.
“Tratamos de hacer las cosas bien hechas”, sostiene.
