Cuando se dedicaron a jugar, se dejaron venir las mejores acciones. Gran segundo tiempo y justo empate 1-1 entre el puntero Marathón y el colero Vida, que regresa con una sonrisa de oreja a oreja hasta el puerto.
Ahí está él...
Las busca todas, a pesar de su inofensiva apariencia. Y ni siquiera se aturde con las malas miradas que le lanzan Jorge Lozano y Elroy Smith. Nada. Léster Blanco tiene el arco dibujado entre ceja y ceja y, al minuto 50, adelantó a un discreto Monstruo Verde.
Volvió Mauricio Sabillón y el Verde se miró mejor por la banda derecha. En el complemento, con el apoyo de Maximino Aguilar, el carrilero de Santa Bárbara mandó centro ajustadamente preciso para que Blanco se la rifara en la jungla de piernas rojas. Se lanzó el salvadoreño y la pellizcó con la punta de su zapato izquierdo. Fue todo. No bastó para confirmar el gane...
La furia ceibeña...
Porque el Cocotero se fue como una tromba de agua e irrumpió en la tranquila zaga verdolaga en busca del empate. Jorge Pineda ordenó la implantación de dos puntas: Elmer Zelaya y Romell Quioto. Y Arnold Peralta probó con derecha antes que Geovany Mendoza decretara penal tras clara falta de Romel Murillo contra el Tanquecito. Era el minuto 72. Pero Jorge Lozano cajoneó débil un minuto después y Orio contuvo, fiel a su costumbre de ataja-penales.
Con la sangre en el ojo, el Rojo no se dobló y el ex-Necaxa Walter Martínez le dobló las manos a Orio con un misil de 20 metros para gritar uno de los mejores golazos del torneo. Apenas el cuarto tanto del Cocotero fue justo -tres sustos en la meta de Arzú mediante- para llevarse un puntito clave...
