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Vida parte la historia y deja sotanero al Olimpia

Con uno más, el Vida fue amo y señor. Ganó 21 años después..
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30.08.2015

Tegucigalpa, Honduras

Si veintiún años le restregaban en la cara a los hinchas del Vida, 21 latigazos azotó Ramón Maradiaga a los olimpistas en el Nacional..

Como si fuera un juego de azar, este Vida de rostros frescos ocupó 21 minutos para entregarle el beneficio de la duda a su historia y, en adelante, mandar un destacamento mental hacia 1994 para repetir una dosis que al León le sabe a veneno: 2-3, como en aquel juego que dejó al Olimpia de Chelato sin opciones de título.

Raro, muy raro...

Antes de poner fecha de caducidad a su sequía en Tegus, el Rojo tuvo que sentirse menos que el campeón. Y en solo dos minutos, Ricardo Canales miraba cómo Romell Quioto le metía una vaselina de sexto año en el primer respiro...

Pero esta vez no le bastaría a Olimpia con “sentirse” ganador. Ni con la “limpia” de su goleador Quioto. Ni con un Estadio Nacional -nuevamente vacío- que se afeitaba la cara para verse bien en la potencial tercera victoria seguida del equipo de Héctor Vargas.

Porque al 21 llegaría un minuto que rompería el juego en dos. Arnold Peralta, de enormes desproporciones entre la garra y la mala leche, le enseñó la suela a Bryan Moya, el debutante que llegó de la MLS, y a las duchas se iría por roja directa, más por su historial y su cara de malo que por la falta en sí (realmente ameritaba una amarilla, pero el mal arbitraje de Armando Castro decretaba roja directa).

Ahí, Olimpia entró en un inesperado pánico escénico. Se lo comió la ansiedad al Viejo León sentirse con uno menos. Y Elder Torres comenzó a manifestar su voluntad en la mitad del campo, mientras de la banca olimpista salían disposiciones que nadie entendía, ni siquiera los propios jugadores: Oliver Morazán ocupó el espacio de Arnold Peralta (silbado por una buena parte del público) y el sacrificado fue óscar Salas.

El León quedó a merced de su suerte y se propuso terminar el partido, al menos, sin encajar más goles en su portería. Elis y Quioto, adelante, recibían pegados a la raya y naufragaban una y otra vez contra los inspirados Secundino Martínez y Chestyn Onofre.

Rojo de felicidad

Y si la monarquía olimpista se sentía incómoda en el campo (ganando 1-0, pero siendo sobrepasada en tiempo y espacio), el Cocotero desarrolló en los Albos el sentimiento más terrible que pueda tolerar el olimpista: la culpabilidad de perder la número cinco...

Con Marcelo Canales haciendo las funciones de líder, y los generales Franz Arévalo y Bryan Moya a su lado, al Vida solamente le faltaba el gol.

Se vino, entonces, la parte más agitada del juego. Al 45, Canales cobra de esquina, la roza Valerio y la encuentra Marvin Bernárdez para el 1-1. Un mazazo que causó fuerte impresión en los Blancos, que no se imaginaban el fierrazo que se inventaría Marcelo Canales al 50 (servicio de Valerio, otro de los mejores ayer).

Un error de Leo Domínguez en la cobertura posibilitó el 2-2 de Romell Quioto, a decir verdad la única vez que despertó Olimpia y se dio cuenta que jugaba por los puntos en el Nacional y que la noche mágica del miércoles por Concachampions ya debía ser archivada.

Pero como un bulldog inglés, Vida mordió y no volvió a soltar a su presa. Marcelo Canales (¿quién no?) le puso tiza al taco y pateó de zurda una vaselina que a Noel Valladares dejó burlado por tercera vez.

Sholby, Martínez, cualquiera pudo haber hecho más grande el papelón olimpista. Pero Vida quiso que fuera 2-3, igualito al 94, en honor a esos 21 años de paciencia del gigantesco pueblo cocotero..

ALINEACIONES:

OLIMPIA: Noel Valladares, Ever Alvarado, Fabio de Souza, Johnny Palacios, Kevin Álvarez, Arnold Peralta, Óscar Salas, Bayron Méndez, Carlos Will Mejía, Romell Quioto y Albert Elis.

VIDA: Ricardo Canales, Francisco Arevalo, Secundino Martínez, Cholby Martínez, Marcelo Canales, Brayan Moya, Elder Torres, Miguel Valerio, Chestyn Onofre, Marvin Bernárdez, Leonardo Dominguez.