Tegucigalpa, Honduras
Respaldado por el golpe de la ida, contagiado de la alegría de su gente de la Kennedy y agarrado de una ilusión, el Gimnástico hizo realidad su sueño y se matriculó en la Liga de Ascenso.
Un 3-0 que redondeó el 1-0 del primer juego de la final en el sur del país para anular cualquier anhelo de un Independiente de Monjarás que simplemente pudo ver cómo los Clavelitos Rojos celebraban la conquista de uno de los dos boletos disponibles para llegar a la segunda categoría más importante del fútbol hondureño. Con 49 años de fundación, el Gimnástico logra por primera vez el sueño de llegar a la Liga de Ascenso.
Empieza la fiesta
“Tienen que rebosar de alegría, es un sueño para mí y para toda esta afición”, decía un emocionado Raúl Cáceres (técnico del Gimnástico) en el momento en que su eufórica hinchada inundaba la cancha sintética del Estadio Emilio Larach, que temblaba de emoción. Una algarabía que se preveía en el rostro de los aficionados y que los locales lo plasmaban en el campo con su amplia superioridad. Abner Suazo, apenas a los nueve minutos de iniciado el juego, empezaba a armar la fiesta con el 1-0, que hacía pesada la losa para los visitantes.
Dos más y a celebrar...
Los Clavelitos Rojos agarraban confianza, se sentían a gusto en su casa y aprovechaban la incomodidad que representaba el pasto artificial para los sureños. Entonces, a los 19 del complemento, apareció de cabeza Ronald García para aplicar el segundo zarpazo que hacía vibrar las gradas del renovado escenario.
La fiesta estaba servida, el tiquete que otorgaba la zona Centro-Sur-Oriente era del Gimnástico y al 83 German Oliva puso la cereza con el 3-0 (4-0 global) que terminaba de sellar el pase a la Liga de Ascenso.
En la Kennedy todo era alegría y, cómo no, si sus hijos pródigos firmaban uno de los días más importantes en la historia futbolera de una de las colonias más legendarias de la capital. Ahora se viene un reto mayor en el Ascenso.
