Tegucigalpa, Honduras
Como si de una cápsula embrujada se tratara, el Blanco ha transformado la cancha del Nacional en su más importante talismán; por acá desfilan los equipos y esa sana costumbre de golear se está convirtiendo en ley...
Pasaron Marathón, Motagua, Platense, Alpha United y ahora el turno ha sido para el Rojo de Ramón Maradiaga, que se ha ido al puerto con los vidrios rotos y con un irremediable 3-1, tras el que la justicia dictaminó como autor material a Romell Quioto, el Romántico que no quiso celebrar por respeto a su pasado.
Adivinó el acertijo...
El flujo de caja en la tesorería olimpista da, incluso, para regalar la más pobre de las obras interpretadas por este Olimpia de Héctor Vargas, jalado de los pelos cuando Raúl Marcelo Santos cabeceó solo en el área para aludir a una de las pocas intervenciones de Noel.
Tuvo que llegar el minuto 29 y varios sobresaltos para aplacar el murmullo que nacía en la grada olimpista: tras el centro de David Meza, Ricardo Canales vio la lista de personas en las que confiaba y no estaba el nombre del ariete olimpista, que ha saltado mucho más que el Gato para empujar la pelota con su cabeza. “¡Si fuera al revés pitás la falta, la pitás!”, se enrojecía la garganta el guardameta al increpar al juez en el medio tiempo. Vida pedía falta; Olimpia, que el primer tiempo terminara.
Un partido raro...
Porque el León no se parecía al León de las últimas fechas, aunque Vida hacía poquito para brillar en el cielo de la capital; hasta que el carrasposo juego nos llevó al minuto 42 y a una de esas jugadas que le gustan a Héctor Vargas: Portillo-Méndez-Quioto fue el medio más práctico que entendió el Más Popular para derribar el doble cordón de seguridad que proponía la visita y de nuevo Quioto descomponía las cuentas de un Vida que no gana en Tegus hace 20 años.
Formado con el uniforme cocotero, el de Balfate apareció como un fantasma y volvió a frotar su cabeza, pero tampoco lo gritó; sin la intensidad de otros domingos, el partido discurría entre la rara presencia de un invitado motagüense en la grada (Diego Vazquez se fue a Silla a ver a su vecino), el golazo de otro partido de Rodolfo Marcelo Espinal (el mejor de la tarde, al 48, un latigazo de pierna derecha de casi 20 metros, de pobre efectos secundarios en el partido) y el carnaval de contragolpes que se ha convertido en el condimento favorito del final de una tarde opaca en el Nacional. En adelante, con Vida tratando de achicar los espacios, Carlos Will Mejía vio la calle liberada y desde el banco saltaron con puñal en mano Anthony Lozano y Alberth Elis.
A la contra, Olimpia originó tantas jugadas de peligro como quiso, pero falló en el juego del tiro al blanco (Meza la voló en la raya y el Choco desviaba sin misericordia). El sampedrano Elis fue el único que encontró meta, al 70. Tiene que agradecer la deliciosa habilitación de Lozano para que, luego de limpiar a Secundino Martínez, mojara de pierna zurda.
La ráfaga blanca no se detiene y ahora apunta al liderato.
Alineaciones
Olimpia: Noel, Fabio, Kevin Álvarez, Johnson, Portillo, Meza, Morazán, Méndez, Carlos Will, Omar Guerra y Quioto.
Vida: Canales, L. Castro, Bryan Castro. Valle, M. Canales, Secundino, M. Santos, Espinal, Chávez, Sholby y Eddie Hernandez.
