Tiene bien puesto el apodo, pero lo que mejor le queda es lo de goleador; jugaba para el Cúcuta de Colombia cuando en la TV lo anunciaban: “el Ratón Pérez se alista para entrar a la cancha”. Y así se quedó, de gol en gol.
“Cuando iba a abrir mi cuenta de Twitter le iba a poner así, pero ya estaba ocupada, así que le puse ‘Súper Ratón’”, dijo el delantero estelar del FC Dallas y de la selección de Panamá. Ahora que tiene soñando a todo un país, Blas Pérez quiere terminar con pasos gigantes el año poniendo a la Marea Roja en la hexagonal, para lo que deberá volver a convertir pepinillos ante Honduras y Cuba.
En la actualidad es el máximo artillero de la eliminatoria (nueve dianas) y tiene un criterio claro sobre Honduras: “Hay un gran respeto por Honduras cada vez que nos enfrentamos, es un equipo agresivo y que siempre va para adelante”, dijo el jugador al programa Deportivísimo de Radio Capital.
¿Cómo es Dely Valdés?
No hay palabra más clara que esta: “Dely Valdés es como un papá para nosotros”. De allí en adelante, las cosas son más fáciles para trabajar.
“Es que Julio jugó con nosotros en la selección, entonces le podemos hablar de tú a tú, eso nos da confianza”, dice el jugador del FC Dallas, que considera a Panamá como un equipo de gente humilde. “Dentro de la cancha tratamos de darnos la mano y no hay quien te deje de regañar, somos una familia, como hermanos”, dice.
Un dolor profundo
Si bien cada gol es una alegría para el Súper Ratón, hay un hecho que lo marcó el pasado 12 de julio: La muerte de su padre Blas el Toro Pérez. “Fue difícil su muerte porque, además de ser mi hermano, era mi amigo”, dijo el jugador a la prensa panameña.
El Toro Pérez siempre estaba en el internacional aeropuerto de Tocumén para esperar a su hijo. En los entrenamientos podía faltar Julio Dely, pero no él. En el sepelio de su progenitor, Blas dijo: “Mi padre será mi fortaleza y mi ángel guardián”.
Los recuerdos frescos de un Blas sincero se vieron cuando le anotó a Canadá en el Rommel Fernández, llorando ante todo un estadio lleno de emoción y aplaudiendo, mientras el Súper Ratón besaba su foto. El último sello es el tatuaje que se mandó a hacer en el pecho que dice: “Te extraño Papá”.
Blas juega fuera del área, suele recuperar pelotas y servir a los costados para cerrar las pinzas. Va bien por arriba y le pega fuerte con las dos piernas. Es astuto para desmarcarse y aparecer en silencio. Ya Víctor la Muma Bernárdez lo sufrió en el Dallas-San José. Ojalá que no se repita, Blas...
