El corazón del país entero latió al ritmo de una nueva generación de héroes nacionales, los juveniles de la Sub 23 que en las últimas horas de ayer arribaron a suelo patrio, desatando la locura de los aficionados...
En medio de un intenso operativo de seguridad en el aeropuerto limeño Ramón Villeda Morales, los colores azul y blanco de la bandera hondureña invadieron el interior del puerto aéreo, desde donde se originó una de las concentraciones más imponentes de los últimos años.
En contra de todos los pronósticos, la Bicolor se paró con mucho coraje y pundonor en la competencia del fútbol de los Juegos Olímpicos y, tras eliminar a España en la fase de grupos, tuvo contra las cuerdas al poderoso equipo brasileño de Neymar...
Palabra de héroe...
Ancianos, muchas mujeres y una gran cantidad de niños llegaron a tocar a sus ídolos, sobre todo a Jerry Bengtson, el goleador del New England Revolution que llegó sorpresivamente al país.
“Estamos contentos de estar acá, viendo toda esta alegría que tiene el pueblo, eso es lo más importante”, dijo el exatacante del Motagua, mientras un grupo de música garífuna encendía la fiesta en el local.
“Fue lindo escuchar a la gente gritando Honduras, Honduras. Siento que lo dimos todo, queríamos más, queríamos traer una medalla para el país, pero lastimosamente no se pudo”, expresó el ex-Vida, que se aventuró a exponer “los juegos contra Brasil y España como los mejores del torneo, lamentablemente la roja ante Brasil nos afectó”.
Jerry hizo tres goles (dos a Marruecos y otro a España) y fue el abanderado de una generación que hace renacer las esperanzas del fútbol hondureño.
Roger Espinoza (quien se reportó a la disciplina del Sporting Kansas City); Andy Nájar (en el DC United) y Maynor Figueroa (quien se quedó en Inglaterra, donde juega para el Wigan) fueron los únicos ausentes de un grupo que llegó visiblemente cansado aunque, a pesar de pasar casi 15 horas en el aire, tuvo tiempo para sacarse fotos con la gente y estrechar la mano del aficionado común y corriente, el que más siente a la Selección.
Garra catracha...
Al ritmo de punta, los seleccionados salieron por un sector dedicado exclusivamente para ellos, que les dio paso al autobús que los trasladó al hotel de concentración.
Todos los hinchas querían ser parte de esta fiesta. “Estamos agradecidos con Dios por todo lo que nos ha pasado, queríamos traer el oro, pero no se pudo. Aún así venimos contentos”, expresaba Eddie Hernández, mientras los nuevos héroes salían con todos los honores...
