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Muere el exentrenador Ernesto Luzardo

Como entrenador titular de la H, con la que cosechó ese mismo año, la Copa Carlsberg en China y la Copa Kirin en Japón, tras un épico empate a tres ante los nipones en la inauguración del estadio mundialista de Kobe.

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17.05.2012

Omar Luzardo y sus bien macizos 70 años, por primera vez entraron a la sala de operaciones de un hospital ese miércoles 16 de mayo.

“Sí, estoy nervioso, nunca me han operado”, confesó a este diario la semana pasada... Dos semanas atrás, unos golpes en el pecho alertaban al DT uruguayo. El diagnóstico fue contundente y la detección de una arritmia en el corazón le obligaba a una intervención a corazón abierto para evitar una hipotética muerte súbita. Se venía lo impensado.

Ese día para el olvido...

El martes fue ingresado al Instituto Hondureño de Seguridad Social y el miércoles, antes de ingresar al quirófano, el siempre recurrente Luzardo le dijo a su hijo, Fabián, la última frase que saldría de su boca: “No me pongan zapatillas, pónganme tacos, porque voy a jugar el partido de mi vida y lo voy a jugar al ataque...”.

Después de casi seis horas de la operación, una de las más delicadas en el mundo de la medicina, la presión arterial de Lito empezó a poner en duda su continuidad en el partido más importante que dirigía.


Hubo que recurrir a transfusiones sanguíneas, pero el Viejo Lito ya no pudo más y dejó el mundo a eso de las 9:45 de la noche, paradójicamente unos minutos antes de la hora de inicio de Los Intocables, el programa donde fungía como analista de fútbol y al que, en un día normal, le tocaba llegar un miércoles como el recién pasado. No hubo mañana...

El adiós al ídolo...

Como última voluntad de Lito, su cuerpo fue cremado ayer mismo en un cuarto especial del cementerio Jardines del Recuerdo, hasta donde llegaron personalidades del mundo del fútbol para acompañar a sus familiares; Daniel Uberty, Óscar Torlacoff, Víctor Sánchez, Edgardo Simovic, Sergio Bica y su gran discípulo Carlos Pavón, al que dirigió en el Real España, dijeron presente en el momento más duro...

Luzardo, el maestro del tablero...

Ernesto Omar Luzardo, aquel exfutbolista de Rácing que nació un enero 13 de 1942, es uno de los entrenadores más queridos en Real España, donde consiguió lo que muchos creían imposible: el título de campeonísimo (ganó las vueltas y la liguilla) en la campaña 93-94, cuando apenas perdió ante Vida.

Llegó en agosto del 92 a Honduras y, aparte de ser AT de Estanislao Malinowsky en la H, dirigió a la Máquina, Olimpia, Motagua, UNAH y Palestino. También ganó la Copa Carslberg que se jugó en Hong Kong en 1992.

Una vida en Honduras

Llegó a Honduras al inicio de los años 90 para dirigir al Real España de San Pedro Sula, equipo con el que fue campeón invicto en 1990.

Luego tuvo la posibilidad de dirigir a otros clubes como Olimpia, Pumas de la UNAH y Motagua, con el que ganó muchas lides deportivas.

Uno de sus mayores logros fue en la Selección Nacional. Fue asistente de su compatriota Estanislao Malinoswki en la eliminatoria rumbo al Mundial de Estados Unidos 1994.

Luego, fue nombrado el 24 de enero de 2002 como entrenador titular de la H, con la que cosechó ese mismo año, la Copa Carlsberg en China y la Copa Kirin en Japón, tras un épico empate a tres ante los nipones en la inauguración del estadio mundialista de Kobe.

Los últimos años, Luzardo se los dedicó al periodismo.


Laboró como analista en el programa Los Intocables del Fútbol, junto al exportero argentino del Olimpia, Carlos Prono y los exfutbolistas nacionales Arnold Cruz, Cristhian Santamaría y Limber Pérez, así como los periodistas Henry Gómez, Carlos Castellanos, Ludwin Guardiola y Enrique Merino.

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