Deportes

'Tegus me viene bien”, advierte el capitán del Marathón

<p>Quiere levantar la novena en el Nacional y le da a Ramón todos los méritos de este Verde. “Habla poco y trabaja mucho”. El trikis, su apodo de Mezapa, llegó al Verde en 1999. Comenzó siendo lateral zurdo, pero ahora es el cerebro. Levantó seis copas en las filas del Panza Verde.</p>
15.05.2012

Transcurren las horas y en las entrañas del Monstruo Verde no cambian el discurso ni las ganas; “no hay mayor motivación que jugar el partido más importante del año”, confiesa Mario Berríos, el Duende de Mezapa que se ha ganado, después de casi 12 años en el orgullo del barrio Paz Baraona, el privilegio de portar el gafete de capitán.

El Monstruo, que llegará desde el viernes a la capital, volvió ayer a la carga y entrenó por la mañana, sin acceso a la prensa. Y por la forma en que terminó el juego del sábado, con esos bombazos que enloquecieron a Donis Escober, la confianza es bárbara: “Siento que llegamos en el punto más alto y, en lo personal, me tiene impresionado Ramón Maradiaga; es la primera vez que lo tengo como entrenador y entiendo el porqué de su fama: trabaja a jugar bien, a que sus equipos muestren personalidad y convicción y vayan hacia el frente. Habla poco y trabaja mucho”, analiza...

Ramón es la solución...

Berríos, el chiquito zurdo con pegada de Hércules, sabe que es hoy o nunca para volver a encender la luz de la felicidad en el pueblo verdolaga y, aunque sus remates en este torneo han puesto a temblar a un par de porteros, le sigue dando honores al “estilo primitivista”: “Todos los méritos son de Ramón, quien nos ha hecho retomar la confianza en nuestras condiciones.

¿El remate? Es un trabajo que se hace con el profesor, pero no solamente conmigo, también con David Meza y con Alex Aguilar. Son recursos, formas de ataque cuando hay pocos espacios”.

Por supuesto que, para salir campeón, “hay que concretar las llegadas”, sin importar que en la capital seguramente se encontrarán con un estadio Nacional repleto de olimpistas; “Tegus me viene bien y últimamente he sacado buenos resultados, así que vamos a tener que ir allá a ganar”.

Una parada a todas luces complicada, por más que Mario Berríos insista en remarcar los estilos de los dos grandes del país: “Es que Olimpia mantendrá su forma de juego, esperando el error del rival, no cambiará, aunque se sabe que un empate no le sirve a nadie... quizá por ahí pueda haber un poco de más espacios y sea un juego de mayor vértigo, porque en la ida solo Marathón fue el que propuso”.

Esa terrible angustia...

Para matar la ansiedad, el lateral venido a volante, siguiendo el camino de Wilson Palacios y Boniek García, ha pasado el fin de semana en casa de su madre, Olga Sonia; “ella me pidió el título, como regalo del Día de la Madre, y la otra semana voy de vuelta... ja, ja, ja.

En mi pueblo es donde mejor me siento, Mezapa es futbolero a morir y el domingo seguro que se paralizará para ver el clásico nacional y para vernos a mí, a mi hermano, a Wilmer Fuentes, a Mariano Acevedo... todos somos de ahí”.

Estudiante de la licenciatura de negocios, los días del capitán del plantel Esmeralda pasan entre “mucha concentración, bastante convivencia con el grupo” a la hora de los entrenamientos y el oficio de ser padre. “Acá estoy con mis dos bebés: José Mario, quien tiene seis años y salió zurdo... je, je, y Camila, de dos”.

El Verde, a evitar angustias

En la despedida del grabador de Zona, el Duende no hace caso de los números (las cuatro veces que Olimpia empató en el juego de ida de la final, nunca perdió el título).


“En Tegucigalpa van a ver al mismo Marathón de los últimos tres juegos, los dos ante Motagua y el primero ante Olimpia; Ramón tendrá la ventaja de poder contar con todo el plantel por vez primera en el torneo y tengo la confianza en Dios de que en el Nacional vamos a lograr nuestro objetivo”.

El capitán alzó la voz. Y alista los brazos para levantar la novena.

Un Berríos recargado tras la lesión

Los críticos especializados en el tema Marathón confluyen en sus criterios: después del regreso de Mario Berríos, en la quinta jornada de la segunda vuelta, el equipo del Primitivo ha cambiado su cara...

“Me recuperé bien y por eso estoy muy contento. Me lesioné el cartílago de la rodilla la temporada pasada y decidí operarme al final; estuve cuatro meses afuera y no ha sido fácil, pero he regresado mejor de lo esperado”, confía el teleño que nació un enero 29 de 1982 en Mezapa y que no levanta una copa desde 2009, cuando un doblete de gritos de Jerry Palacios y el Pando Ramírez acabaron con el Olimpia.

“Estamos contentos porque tenemos de vuelta a Jerry, quien fue la figura y el referente de aquel campeón, que tenía mucha fortaleza interna, parecida a este plantel de hoy”.