Entretenimiento

'Honduras requiere escritores que reten a la sociedad'

El director ejecutivo de EL HERALDO Carlos Mauricio Flores destacó el papel de los jóvenes en la consecución de una Honduras mejor.

24.04.2015

TEGUCIGALPA, Honduras

Honduras requiere de escritores, intelectuales y académicos que reten a la sociedad. Con esta reflexión, el director ejecutivo de EL HERALDO Carlos Mauricio Flores se dirigió a los ganadores de la séptima edición del Concurso de Cuentos Cortos Inéditos Rafael Heliodoro Valle.

'Los tiempos cambian, pero creo que los tiempos de hoy siempre reclaman la denuncia permanente de un Ramón Amaya Amador, la claridad intelectual de un Ramón Oquelí, la trascendencia de un Rafael Heliodoro Valle, la frialdad, agudeza y compromiso de un Froylán Turcios y la lucidez de Alfonso Guillén Zelaya', expresó.

'En EL HERALDO no solo creemos en los jóvenes, sino que los hacemos partícipes de los cambios y las innovaciones', dijo el director ejecutivo del diario más influyente de Honduras.

'Estamos convencidos que empoderando a la juventud, dándole el protagonismo que le corresponde, porque el contexto histórico así lo reclama, el país caminará por mejores derroteros', continuó.

Flores recordó también la responsabilidad de los medios de comunicación en la promoción de la cultura y enfatizó que en EL HERALDO 'lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo' a través de todas las plataformas.

'Somos el medio de comunicación que todos los días publica una sección de Cultura y emprendemos proyectos e iniciativas ya sea solos o con aliados estratégicos'.

A continuación, el mensaje íntegro del director ejecutivo de EL HERALDO, Carlos Mauricio Flores:

Las palabras son mágicas. Las palabras tienen vida. Nos llevan a universos abstractos y concretos. A mundos reales, a mundos imaginarios. La palabra escrita construye y destruye, edifica, alienta, amarga, frustra, encanta y desencanta. Reta y desafía. La palabra escrita motiva, estimula y cambia. La palabra escrita es libertad. Para escribir, para construir historias, para dar vida a la palabra, no hay que tener paz, hay que levitar en el desasosiego del espíritu y del alma, hay que rebelarse a uno mismo, hay que navegar en el universo de lo absurdo, hay que plantarse para ser únicamente fiel a la vida. Este esfuerzo no es nada fácil ni mucho menos comprendido. A veces es desgastante y frustrante, pero la mayor de las veces es, absolutamente, satisfactorio y reconfortante. Y aunque existe un mar de distancia entre un periodista y un escritor, también es cierto que hay algo en común: somos seres raros, con sueños y pesadillas, con ilusiones y ambiciones para construir una sociedad solidaria, de paz y de justicia.

El escritor, sin embargo, tiene oportunidades y avenidas que los periodistas no tienen. Hay miedos superficiales y miedos de fondo. Se denuncia sin denunciar. Se acusa sin acusar. Se dicen nombres sin identificarlos. Se dan evidencias. Se muestran hechos. Hay espacio para todo. Los tiempos cambian, pero creo que los tiempos de hoy siempre reclaman la denuncia permanente de un Ramón Amaya Amador, la claridad intelectual de un Ramón Oquelí, la trascendencia de un Rafael Heliodoro Valle, la frialdad, agudeza y compromiso de un Froylán Turcios y la lucidez de Alfonso Guillén Zelaya.

Honduras requiere de escritores, intelectuales y académicos que reten a la sociedad, que desafíen sus propias ideologías, que se vuelvan aliados de la realidad y que cada día busquen cómplices del pensamiento reflexivo.

En este contexto, entregamos por séptima ocasión los premios del Concurso de Cuentos Cortos Inéditos Rafael Heliodoro Valle, un aporte que poco a poco ha ido calando en los escritores más jóvenes. En EL HERALDO no solo creemos en los jóvenes, sino que los hacemos partícipes de los cambios y las innovaciones.

Estamos convencidos que empoderando a la juventud, dándole el protagonismo que le corresponde, porque el contexto histórico así lo reclama, el país caminará por mejores derroteros. Por eso hemos venido estimulando a las nuevas generaciones de las letras con esta oportunidad para trascender y visibilizarse en una sociedad en la que el oficio de escribir es tan cruelmente mal visto como la vagancia.

Si bien los medios de comunicación somos los más obligados a promover la cultura, modestamente podemos precisar que lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo.

Desde nuestras plataformas editoriales, constantemente publicamos contenidos sobre la literatura, el arte, la pintura, el teatro y el cine hondureño.

Somos el medio de comunicación que todos los días publica una sección de Cultura y emprendemos proyectos e iniciativas ya sea solos o con aliados estratégicos.

Felicito a los que participaron en esta jornada y se llevan un premio. No es fácil escribir en un país en el que ya vivir es un milagro. Sigan haciéndolo con la convicción de que tienen en EL HERALDO a sus verdaderos cómplices.

“Honduras requiere escritores que reten a la sociedad” Mensaje del director ejecutivo de EL HERALDO, Carlos Mauricio Flores. Las palabras son mágicas. Las palabras tienen vida. Nos llevan a universos abstractos y concretos. A mundos reales, a mundos imaginarios. La palabra escrita construye y destruye, edifica, alienta, amarga, frustra, encanta y desencanta. Reta y desafía. La palabra escrita motiva, estimula y cambia. La palabra escrita es libertad. Para escribir, para construir historias, para dar vida a la palabra, no hay que tener paz, hay que levitar en el desasosiego del espíritu y del alma, hay que rebelarse a uno mismo, hay que navegar en el universo de lo absurdo, hay que plantarse para ser únicamente fiel a la vida. Este esfuerzo no es nada fácil ni mucho menos comprendido. A veces es desgastante y frustrante, pero la mayor de las veces es, absolutamente, satisfactorio y reconfortante. Y aunque existe un mar de distancia entre un periodista y un escritor, también es cierto que hay algo en común: somos seres raros, con sueños y pesadillas, con ilusiones y ambiciones para construir una sociedad solidaria, de paz y de justicia. El escritor, sin embargo, tiene oportunidades y avenidas que los periodistas no tienen. Hay miedos superficiales y miedos de fondo. Se denuncia sin denunciar. Se acusa sin acusar. Se dicen nombres sin identificarlos. Se dan evidencias. Se muestran hechos. Hay espacio para todo. Los tiempos cambian, pero creo que los tiempos de hoy siempre reclaman la denuncia permanente de un Ramón Amaya Amador, la claridad intelectual de un Ramón Oquelí, la trascendencia de un Rafael Heliodoro Valle, la frialdad, agudeza y compromiso de un Froylán Turcios y la lucidez de Alfonso Guillén Zelaya. Honduras requiere de escritores, intelectuales y académicos que reten a la sociedad, que desafíen sus propias ideologías, que se vuelvan aliados de la realidad y que cada día busquen cómplices del pensamiento reflexivo. En este contexto, entregamos por séptima ocasión los premios del Concurso de Cuentos Cortos Inéditos Rafael Heliodoro Valle, un aporte que poco a poco ha ido calando en los escritores más jóvenes. En EL HERALDO no solo creemos en los jóvenes, sino que los hacemos partícipes de los cambios y las innovaciones. Estamos convencidos que empoderando a la juventud, dándole el protagonismo que le corresponde, porque el contexto histórico así lo reclama, el país caminará por mejores derroteros. Por eso hemos venido estimulando a las nuevas generaciones de las letras con esta oportunidad para trascender y visibilizarse en una sociedad en la que el oficio de escribir es tan cruelmente mal visto como la vagancia. Si bien los medios de comunicación somos los más obligados a promover la cultura, modestamente podemos precisar que lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo. Desde nuestras plataformas editoriales, constantemente publicamos contenidos sobre la literatura, el arte, la pintura, el teatro y el cine hondureño. Somos el medio de comunicación que todos los días publica una sección de Cultura y emprendemos proyectos e iniciativas ya sea solos o con aliados estratégicos. Felicito a los que participaron en esta jornada y se llevan un premio. No es fácil escribir en un país en el que ya vivir es un milagro. Sigan haciéndolo con la convicción de que tienen en EL HERALDO a sus verdaderos cómplices.

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