Massachusetts, Estados Unidos
¿Te ha pasado que has salido a un bar para reunirte con un grupo de amigos y convivir, pero todos están con la frente baja, pegados a su celular sin decirse media palabra?
Expertos en comunicación del Instituto de Tecnología de Massachussetts (MIT) lamentan cómo se está perdiendo el arte de la conversación, en tiempos en que la gente prefiere usar mensajes o tuits para comunicarse.
Y es que es una ironía que entre más redes sociales y celulares, se hable menos cara a cara. A medida que avanza la tecnología, pareciera que nos hacemos más antisociales.
La psicóloga Sherry Turkle que trabaja en el MIT, dice que estamos en peligro de perder la capacidad de hablar como alguna vez fue.
Señala que actualmente la interacción digital sustituye a la conversación e incluso degrada nuestra facilidad para ello.
Según empresas de telefonía móvil, muchos clientes ya no consumen su paquete de 'minutos gratis', prefieren enviar mensajes y los servicios que ofrecen la conexión a internet.
Al punto que se tienen más conversaciones digitales que 'reales', como se ve confirmado por cifras del regulador británico de las comunicaciones Ofcom.
El MIT ha realizado una investigación de cómo los teléfono inteligentes nos han dejado tontos, o por lo menos mudos.
Turkle realizó una prueba con un grupo de personas para saber qué está sucediendo con la conversación, a lo que concluyó que la gente prefiere comunicarse escribiendo por medio de tecnologías que hablar.
Prefieren tener el control de la conversación cuando escriben y están relajados, cuando pueden editar y también quieren publicar su parte de la conversación, agregó.
La psicóloga explica que los jóvenes que se ven afectados por una especie de trismo (cierre intenso de la boca debido a una contracción intensa de los músculos masticadores) psicológico cuando se enfrentan a la experiencia de hablar con otro ser humano por teléfono.
Y ¿cómo se tiene una cita?
Cuando un chico conoce a una chica, tras haber hecho el primer contacto en internet, son apoyados por amigos que actúan como los asistentes de un boxeador, agregó Turkle.
Desde una esquina ofrecen asesoramiento sobre tuits y mensajes justo hasta el momento en que el discurso pasado de moda y el lenguaje corporal toman el rol protagónico.
Por educación no se debería revisar el teléfono durante una conversación, ya que si se hace, demuestras a tu interlocutor que no tiene toda tu atención, y bien podría costarte un valioso negocio.
'Enviar mensajes de texto y hablar es tan grosero. Es como que yo tenga una conversación con usted y una conversación completamente diferente con otra persona –ignorándolo por completo– hablándole otra vez cuando me da la gana', afirmó.
Trayendo de vuelta el arte de la conversación
En un proyecto de la Universidad de Oxford, se invitó a un grupo de extraños a conversar unos con otros sobre temas elegidos de un menú.
Los temas objeto de debate entre sus voluntarios incluían sus temores y pasiones.
Los participantes, principalmente veinteañeros, le dijeron a BBC Mundo que la sesión fue un cambio estimulante, luego de estar acostumbrados a ver a sus amigos en un pub pegados al celular.
Fue un gran experimento, dijo un periodista de la BBC Stephen Smith: 'Viendo a estos jóvenes conversar, me llamó la atención lo pasado de moda, incluso pintoresco, que le podría parecer a algunos'.
¿Te ha pasado que has salido a un bar para reunirte con un grupo de amigos y convivir, pero todos están con la frente baja, pegados a su celular sin decirse media palabra?
Expertos en comunicación del Instituto de Tecnología de Massachussetts (MIT) lamentan cómo se está perdiendo el arte de la conversación, en tiempos en que la gente prefiere usar mensajes o tuits para comunicarse.
Y es que es una ironía que entre más redes sociales y celulares, se hable menos cara a cara. A medida que avanza la tecnología, pareciera que nos hacemos más antisociales.
La psicóloga Sherry Turkle que trabaja en el MIT, dice que estamos en peligro de perder la capacidad de hablar como alguna vez fue.
Señala que actualmente la interacción digital sustituye a la conversación e incluso degrada nuestra facilidad para ello.
Según empresas de telefonía móvil, muchos clientes ya no consumen su paquete de 'minutos gratis', prefieren enviar mensajes y los servicios que ofrecen la conexión a internet.
Al punto que se tienen más conversaciones digitales que 'reales', como se ve confirmado por cifras del regulador británico de las comunicaciones Ofcom.
El MIT ha realizado una investigación de cómo los teléfono inteligentes nos han dejado tontos, o por lo menos mudos.
Turkle realizó una prueba con un grupo de personas para saber qué está sucediendo con la conversación, a lo que concluyó que la gente prefiere comunicarse escribiendo por medio de tecnologías que hablar.
Prefieren tener el control de la conversación cuando escriben y están relajados, cuando pueden editar y también quieren publicar su parte de la conversación, agregó.
La psicóloga explica que los jóvenes que se ven afectados por una especie de trismo (cierre intenso de la boca debido a una contracción intensa de los músculos masticadores) psicológico cuando se enfrentan a la experiencia de hablar con otro ser humano por teléfono.
Y ¿cómo se tiene una cita?
Cuando un chico conoce a una chica, tras haber hecho el primer contacto en internet, son apoyados por amigos que actúan como los asistentes de un boxeador, agregó Turkle.
Desde una esquina ofrecen asesoramiento sobre tuits y mensajes justo hasta el momento en que el discurso pasado de moda y el lenguaje corporal toman el rol protagónico.
Por educación no se debería revisar el teléfono durante una conversación, ya que si se hace, demuestras a tu interlocutor que no tiene toda tu atención, y bien podría costarte un valioso negocio.
'Enviar mensajes de texto y hablar es tan grosero. Es como que yo tenga una conversación con usted y una conversación completamente diferente con otra persona –ignorándolo por completo– hablándole otra vez cuando me da la gana', afirmó.
Trayendo de vuelta el arte de la conversación
En un proyecto de la Universidad de Oxford, se invitó a un grupo de extraños a conversar unos con otros sobre temas elegidos de un menú.
Los temas objeto de debate entre sus voluntarios incluían sus temores y pasiones.
Los participantes, principalmente veinteañeros, le dijeron a BBC Mundo que la sesión fue un cambio estimulante, luego de estar acostumbrados a ver a sus amigos en un pub pegados al celular.
Fue un gran experimento, dijo un periodista de la BBC Stephen Smith: 'Viendo a estos jóvenes conversar, me llamó la atención lo pasado de moda, incluso pintoresco, que le podría parecer a algunos'.
