Desde las obras de José Miguel Gómez (el primer pintor profesional hondureño) en el siglo XVIII, hasta nuestros días, la pintura ha tenido una evolución influenciada por los movimientos pictóricos que se han expandido por todo el mundo.
Esto no significa que la producción hondureña no sea original, ya que como menciona el crítico de arte Carlos Lanza, “existe en el país una tendencia a ver con desdén las influencias que movimientos y artistas extranjeros han tenido sobre nuestra producción artística”, y considera que la originalidad en el arte es discutible “y lo es más en el mundo actual, donde las comunicaciones masivas han poblado nuestro espacio con las imágenes más inverosímiles”.
Este trabajo ha sido ilustrado con obras de pintores hondureños. Es así que el impresionismo está ilustrado con “Lavanderas”, de Mario Castillo.
El expresionismo con “Oro negro”, de Ezequiel Padilla, este artista en palabras de Carlos Lanza es el que ha tenido el “expresionismo más radical”.
El realismo mágico con “La carta del tarot”, de Felipe Burchard, pintor que “ha sido más sistemático en esta intención estética”, dijo Lanza.
El primitivismo (o arte naif), con “San Antonio de Oriente”, de José Antonio Velásquez, hondureño que es considerado el primer primitivista de América. La pintura abstracta con “Carnaval”, de Ricardo Aguilar.
El cubismo con “Las monjas”, de Pablo Zelaya Sierra. Y la pintura renacentista, con una obra de Armando Lara, a quien Lanza considera como un maestro, “está dentro de esa categoría, y con esa misma estatura miro a Arzú, a Ezequiel Padilla, a Víctor López, al polémico Virgilio Guardiola, a Mario Castillo, a Delmer Mejía y a todos aquellos que de una u otra manera han forjado la tradición plástica nacional, no digo todos los nombres porque esta es una entrevista y no un examen de historia del arte hondureño.
Cuando digo maestros, quiero decir que estamos frente a artistas que más allá de las influencias fueron capaces de edificar su propio discurso en la plástica nacional”.
Realismo mágico. Nuestro entrevistado señaló que en Honduras “es difícil hablar de surrealismo, quizá estemos más cerca de lo que se llamó realismo mágico”. Carlos Lanza dijo que el realismo mágico hondureño carece de la fuerza intelectual, crítica y expresiva del surrealismo europeo liderado por André Breton. En ese sentido, hablando de este movimiento, el crítico señaló que Armando Lara y Lutgardo Molina “hicieron obras subrealizantes, pero no propiamente surrealistas; Felipe Burchard ha sido más sistemático en esta intención estética”.
La pintura que puede observar en este apartado es de Burchard, y se titula “La carta del tarot”.
Impresionismo. “Lavanderas”, de Mario Castillo, es una clara muestra del impresionismo en la pintura hondureña. El crítico Carlos Lanza refirió que además de Castillo, obras de Carlos Garay, Benigno Gómez, Dante Lazzaroni y Miguel Ángel Ruiz Matute atestiguan que este movimiento “tuvo su recepción en Honduras”. Originado en Europa en la segunda mitad del siglo XIX, el impresionismo no hace énfasis en las formas, sino en la luz. “Lavanderas” pertenece al archivo digital del Museo del Hombre Hondureño.
Cubismo. Es otro de los movimientos que más incidió en el arte pictórico hondureño, dijo Lanza, “aunque nuestro cubismo fue más académico que intelectual, como sí lo fue el de Braque, Picasso y Juan Gris”. Entre los exponentes nacionales de este movimiento están Pablo Zelaya Sierra, que “tuvo una fuerte influencia cubista, pero lejos de la rigidez que caracterizó al cubismo analítico”. Su obra “Las monjas”, tiene características de las “primeras expresiones cubistas europeas”.
Otros exponentes nacionales del cubismo son Mario Castillo, Dino Fanconi, Dante Lazzaroni, Moisés Becerra y Edwin Perdomo.
Pintura renacentista. Su periodo está entre la Edad Media y el Barroco. Honduras también tiene representación de la pintura renacentista en la obra de Armando Lara. “Por el trazo y por la construcción anatómica de los cuerpos podría afirmarse que Lara tiene influencia renacentista, incluso por el hecho de que el ser humano ocupa el centro de su producción podría afirmarse que su estética es renacentista”. A consideración del crítico, Lara es el único exponente de la pintura renacentista en Honduras.
Arte abstracto. También ha tenido influencias en la pintura nacional, aunque a consideración de Lanza, “muy poca”. La pintura abstracta es todo lo contrario a la figurativa. En Honduras Ricardo Aguilar, Joel Castillo, Santos Arzú y Byron Mejía tienen producción pictórica abstracta.
Primitivismo. Carlos Lanza aclaró que este no es un movimiento de vanguardia, pero es una tendencia universal, que tuvo como primer exponente en Honduras a José Antonio Velásquez. Está caracterizado por ese “trazo ingenuo y espontáneo”, con una técnica más artesanal que académica.
Carlos Lanza, un estudioso de las artes
Unas pocas líneas son insuficientes para ilustrar y reseñar todo lo que ha acontecido en la pintura nacional, es por ello que el crítico de arte Carlos Lanza, señala que “solo he querido ilustrar las influencias de los movimientos artísticos de vanguardia en la plástica nacional, en ningún momento he querido realizar una reconstrucción de la historiografía del arte hondureño, ni siquiera he pretendido agotar en estos movimientos la producción de los artistas mencionados, pues muchos de ellos exploraron simultáneamente varias tendencias; más que histórico mi interés ha sido pedagógico”.
Perfil del crítico
Carlos Lanza en 1997 dictó conferencias sobre el arte hondureño en la Universidad de Lima, Perú. En 1999 curó el primer proyecto de pintura contemporánea presentada en Roma, Italia. En 2004 fue jurado de la “Antología hondureña de las artes plásticas”. Fue fundador del taller de artes visuales El Círculo, que funcionó entre 2002 y 2004. En 2007 publicó el libro “Contrapunto de la forma”. En 2010 fue curador del proyecto “Cinco maestros de la plástica hondureña”.
Ha dictado conferencias sobre arte hondureño y centroamericano en el museo Marte de El Salvador y el museo de Panamá; ha dictado conferencias sobre arte hondureño en Italia. Ha escrito para artistas extranjeros y nacionales en revistas de prestigio internacional.
