El encanto colonial y moderno de Tegucigalpa sale a la luz cada noche al iluminarse con los destellos de la Navidad y el Año Nuevo.
La catedral San Miguel Arcángel y otras antiguas edificaciones del centro histórico han sido remozadas y decoradas con bombillos de colores que resaltan su belleza arquitectónica, que sobrevive con heroica solemnidad al paso del tiempo.
Y es que la ciudad se viste de fiesta en estos días.
Familias enteras disfrutan los conciertos que ofrecen los coros en la Catedral, recorren el hermoso nacimiento bíblico instalado en su interior o simplemente entran a la capilla del Santísimo para rogar porque el 2013 venga lleno de paz, justicia y prosperidad.
Caminando unas cuadras con la mirada puesta en el Cristo de El Picacho se encuentra la plaza Los Dolores, que luce imponente, completamente remozada y con una hilera de fuentes de agua que son el deleite de decenas de niños que corren felices entre los chorros, a pesar del clima frío que impera desde hace varias semanas.
La oferta de la ciudad incluye también ventas de comidas típicas de la temporada, como nacatamales, torrejas y toda clase de golosinas que muchas familias comparten estos días.
Pero el color, las luces y la música tradicional con que se despide el año no solo están en el centro de la ciudad. Centros comerciales, tiendas y bulevares se revisten desde noviembre con la alegría de la Navidad y el Año Nuevo.
Nacimientos, pistas de patinaje, árboles de Navidad y actividades culturales que se realizan en estos espacios forman parte de la oferta que disfrutan casi a diario las familias y que no representa ningún costo.
El ocaso de 2012 llega mañana y tras el horizonte los últimos rayos del sol se despiden para recibir con esperanza el 2013.
