“Rodeado de colinas se encuentra mi Danlí a quien yo quiero tanto, por eso canto así. Su cerro San Cristóbal, su piedra de Apagüiz envueltos en leyendas vigilan noche y día a mi ciudad Danlí”.
Esta es una canción escrita por Mamilio Rodas y que describe a la perfección la belleza sin igual de esta ciudad que celebra desde el 25 de agosto hasta el 2 de septiembre el Festival Nacional del Maíz (Festinama).
Nosotros hoy le invitamos a que aproveche estas fechas para disfrutar de uno de los eventos más importantes que se organizan en Honduras y que merece que usted forme parte de los miles de turistas que cada año llegan para disfrutar de las diversas actividades que se realizan. Trataré de darle en este reportaje una serie de puntos importantes que las personas que visitan este próspero lugar no pueden dejar de conocer.
Comienzo diciéndoles que la ciudad en sí en un atractivo turístico; su arquitectura resulta muy agradable a la vista, posee una estructura vial bien señalizada y calles muy amplias; sus habitantes son personas muy amable que reciben al turista con una sonrisa. Si usted es de las personas amantes de la religión, le aseguro que en esta ciudad, cuna de hermosas mujeres, no se aburrirá.
Aquí existen cerca de 40 iglesias de diferentes creencias religiosas, como católica, mormona y protestante. Todas con una arquitectura antigua, muy bien conservadas y que forman parte del patrimonio cultural de la región, muy rico por cierto. Y hablando del aspecto de cultura, Danlí posee el Museo Municipal Los Arcos, cuya construcción data de 1857.
Está muy conservado y es aquí en donde se pueden apreciar obras de pintores que destacan en la actualidad, así como artículos de reconocidas personalidades del mundo de las letras, poesía y pintura de esta ciudad. Danlí también posee un estadio de fútbol, una cancha adicional engramillada, varios parques como el Central, del Palo del Amor, el Monumento a la Madre, Parque de lo Nuestro y un cementerio central con mausoleos familiares.
Surcando los alrededores de la ciudad, están los lavaderos públicos que son un monumento que data de 1620 y que eran usados por las señoras para ir a lavar en grupos. T
ambién existe en las afueras el monumento de Los Arcos, que data de muchos siglos atrás y que fue construido para hacer pasar un acueducto que conducía el agua hasta el centro de la ciudad. La hermosa Danlí, rodeada de abundante vegetación, tiene dos centinelas que son la piedra de Apagüis y el cerro San Cristóbal.
Pero si por el contrario, usted quiere estar en contacto con la naturaleza en la zona rural puede ir a las fincas tecnificadas de café y de tabaco que ofrecen al visitante la oportunidad de respirar aire puro, pero también puede aprovechar para recolectar granos de café y ser parte del proceso de corte, limpieza y almacenamiento de las hojas con las que se hace el puro hondureño, que figura entre los mejores del mundo. Si luego de trabajar un poco en las fincas usted y su familia quieren relajarse y de repente darse un chapuzón o pescar, la laguna de San Julián es el sitio indicado.
Otro de los aspectos que Danlí ha desarrollado muchísimo es la industria hotelera. Aquí existen varios lugares en donde usted se puede sentir como en su propia casa, ya que son poseedores de amplios parqueos, con seguridad y una atención de primera. No se pierda la oportunidad de conocer este hermoso lugar ubicado a 96 kilómetros de Tegucigalpa.
