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A grandes males… remedios caseros

A veces se nos olvida que la solución a nuestros problemas está en la macetera del jardín.

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21.01.2012

Todos estos días anteriores estuve más que preocupado. Unos exámenes médicos que me realicé en diciembre mostraban algunas cifras nada favorecedoras. De entrada, parecía que los números hablaban de posibles cálculos en los riñones, perspectiva nada halagüeña en ningún momento.

Como venía saliendo ya de una cirugía, no me sentía realmente dispuesto a una segunda visita al quirófano. Así que me puse a preguntar si existía alguna manera alterna y natural de eliminar los temibles cálculos y alguien me contestó que el agua de coco era excelente para eliminarlas. Ni lento ni perezoso me tomé varios cocos en los últimos días (y cuando digo varios, realmente me quedo corto).

Pero como toda moneda tiene dos caras, la experiencia me sirvió para investigar sobre las plantas medicinales que tenemos los hondureños. A Dios gracias encontré dos libros pequeños que me han servido a las mil maravillas. Uno de ellos es el 'Manual popular de 50 plantas medicinales de Honduras', concebido en el año 1997 por Paul House, Sonia Lagos – Witte y Corina Torres, y que ahora se encuentra en su tercera edición. En este libro maravilloso que publicó Editorial Guaymuras aprendemos cómo estas plantas se pueden utilizar para baño, como cataplasmas, frotándolas en el cuerpo, como enjuagues y, por supuesto, bebiéndolas como infusiones.

Leyendo el libro descubrí por ejemplo que la albahaca, Oncimun micrantun, que tanto me gusta en las pastas es una planta netamente centroamericana (miré usted, y yo que pensaba que era italiana la plantita esa… ¡qué orgullo!). Pero más importante es que sirve como regulador menstrual si se toma una taza diaria de té durante siete días.

También descubrí que el ajo sirve contra las lombrices y para bajar la presión arterial, si se comen dos dientes de ajo finamente picados y se distribuyen en las ensaladas.

El otro libro que encontré es el de 'Cuando lo primero es lo segundo', de Alfonso Carranza. Don Alfonso se dedica a revisar en términos prácticos 25 plantas tradicionales del occidente de Honduras. En el pequeño libro se aprende sobre el ayote, el chiltuto, el guate, pataste, la pacaya o el loroco. Por ejemplo, según el señor Carranza, el pataste es efectivo para el control de la presión arterial y de beneficio para los riñones y la vejiga.

Definitivamente, las plantas tradicionales de Honduras pueden convertirse en nuestras mejores aliadas en épocas de crisis. Nuestras abuelas las usaron, nuestras madres también y lo mejor de todo es que están siempre listas en la macetera del patio. Como dirían los viejitos: 'A grandes males… grandes remedios'.

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