Durante las últimas semanas, las puertas del local color azul estuvieron cerradas, por lo que sus clientes frecuentes comenzaron a preocuparse por la falta de operaciones de forma repentina en el querido negocio de la capital.
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Sin embargo, uno de los dueños del emprendimiento familiar, que lleva más de 50 años en el corazón de los capitalinos, confirmó que no se trataba de un cierre definitivo, sino momentáneo.
Y es que la propietaria y administradora del negocio estaba convaleciente y a eso se debió el cierre y que lamentablemente ningún familiar se pudo hacer cargo de echarlo a andar.
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Pero afortunadamente, este lunes inició de nuevo sus labores ofreciéndole a su fiel clientela sus famosos 'pastelitos de perro', tacos y demás golosinas que son típicas del lugar.
Los vecinos de la zona no dudaron en llegar a realizar sus pedidos y volver a deleitarse con su característico sabor.
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