Tegucigalpa

El país no tiene ninguna condición para ir suspendiendo la cuarentena

La apertura de ferreterías activará proyectos de inversión pública. La medida abre las puertas a otros negocios y esto va a ir como una bola de nieve hasta la activación total, advierten expertos

17.04.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) autorizó la apertura de las ferreterías en los días de segmentación, lo que generó en tempranas horas de ayer largas filas de personas y vehículos para ingresar a estos establecimientos.

La determinación originó la duda de si esto sería la puerta para que se reactiven las obras de trabajo.

La Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (Chico) indicó que con el protocolo de las medidas de seguridad se puede activar el rubro de manera paulatina.

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Su director ejecutivo, Silvio Larios, informó que hay proyectos de inversión pública y privada y que la reactivación sería en la inversión pública.

“Es importante ir iniciando programas de reactivación de manera gradual. Aplaudimos esta decisión (apertura de ferreterías) pero respetando las medidas de bioseguridad”, dijo.

Anunció que se irán iniciando las actividades en determinados proyectos, donde la interacción con las comunidades sea el mínimo posible.

“Trabajamos de la mano con otros gremios profesionales y empresariales de la construcción a nivel nacional e internacional y estamos condensando las mejores prácticas para ir reactivando nuestra industria”, manifestó.

Según la Asociación de Ferreteros de Honduras, al 2018 operaban legalmente 3,300 ferreterías en el país.

Total desacuerdo

De su lado, el infectólogo Tito Alvarado insistió que en este momento es demasiado arriesgado extender la apertura de los otros negocios.

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“No hay ninguna garantía de que las personas que van a la ferretería van a acatar las medidas de bioseguridad, cosa que ha quedado evidenciada constantemente en otros negocios, es raro en donde se cumplen las medidas”, señaló.

Al igual cuestionó que una decisión de este tipo, en donde se abre una ferretería, le abre las puertas a otros negocios y esto va a ir como una bola de nieve hasta la apertura total.

“Para levantar un confinamiento de un país se necesitan tres condiciones: una, mantener controlada la transmisión del virus; dos, que el país tenga la capacidad de hacer la pruebas para detectar el coronavirus rápidamente, y tres, que se evite el menor riesgo a las población que asiste a los hospitales, pero Honduras no tienen ninguna de las tres en estos momentos”, advirtió.

Efecto en cadena

La reactivación de las ferreterías despertó un clamor del sector transporte, ya que ellos también desean obtener un permiso para laborar.

El presidente de la Asociación de Taxistas de Honduras (Ataxis), Víctor Aguilar, manifestó que el Gobierno ha cumplido con las raciones de comida, pero que tienen otras obligaciones como los pagos de los servicios públicos y alquiler de casa.

“El planteamiento concreto es que nos dejen trabajar, ya que están abriendo las ferreterías, gracia a Dios, porque la economía se tiene que activar, y no es por envidia, es por la necesidad. Queremos que nos apliquen el hoy no circula”, clamó.

Según su propuesta, se aplicaría mediante la placa del carro, un día estaría disponible para la numeración 0, 3, 5, 7 y 9 y el siguiente día, 1, 2, 4, 6 y 8, es decir que cada dígito salga dos veces a la semana, día de por medio.

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Al igual manifestó que los conductores andarían artículos de desinfección, transportarían un pasajero adelante y atrás uno en cada lado para evitar el contagio.

Y mientras unos solicitaban permisos para laborar y otros hacían filas para comprar herramientas, en los mercados de la capital continuó el movimiento de vendedores y clientes. Ayer no lució como otras veces, la afluencia de personas fue menor, pues en los alrededores estaban instaladas unas vallas metálicas y los efectivos de la Policía Nacional intentaron controlar el ingreso con la terminación de identidad 7 y 8.

Muchos capitalinos acudieron a los locales de los mercados con sus mascarillas reusadas y la medida de mantener la distancia de un metro y medio siguió en franca violación