Tegucigalpa

Don Óscar le dice adiós a la cueva y duerme por primera vez en una cama

Luego de mucho tiempo, Óscar Gutiérrez, de 67 años, puede pasar las noches bajo un techo y calza y viste prendas nuevas. Las ayudas seguirán llegando

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30.10.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En la cueva, ¡nunca más! Don Óscar durmió por primera vez en una cama suave. Salió del frío y oscuro refugio que fue su “hogar” por más de tres años para comenzar una nueva etapa de su vida en un cálido, amplio y acogedor lugar.

Cambiar su lamentable situación, que tuviera un techo digno y que volviera a sonreír y tener fe ha sido posible con la ayuda de instituciones y personas solidarias que no lo pensaron dos veces para sumarse a este noble gesto de hermanos.

Adiós a la cueva
Un fuerte sol calaba en la entrada de la cueva. En el interior, la temperatura era aún más elevada.

Muy afanado, don Óscar preparaba tortillas de maíz para acompañar los espaguetis y frijoles que había cocinado el día anterior.

Apenas escuchó el motor del vehículo de EL HERALDO, salió a recibir a sus amigos los reporteros. Un apretón de manos y la pregunta salió al instante: ¿Don Óscar, está listo para irnos? Y un seguro “Sí” salió de su boca.

El humilde catracho corrió a recoger la poca ropa en buen estado que tenía, se vistió con su mudada nueva y salió rumbo al hogar del adulto mayor Salvador Aguirre a reescribir su historia y dejar atrás la soledad y el frío de la cueva no sin antes agitar su mano para decirle adiós.

Acompañamiento
Para su traslado, el personal de la Dirección General del Adulto Mayor (Digam), Salud Solidaria y Vivienda Saludable de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (Sedis) llegaron al lugar. Luego de unos minutos de ameno diálogo, don Óscar abordó el automóvil.

Sin el pesado tráfico que caracteriza al anillo periférico, bastaron diez minutos para llegar a su nueva morada.

En el portón, una amable enfermera le tendió su mano para que subiera las gradas e ingresara al hogar. Muy feliz y con pasos seguros, el sexagenario siguió por el pasillo, donde varios abuelitos acomodados en un sillón disfrutaban de un programa televisivo.

En el recorrido para mostrarle el lugar, don Óscar saludó a varios de ellos y les regaló una tímida sonrisa.

“Estoy muy agradecido con todos, Dios hace que el camino de uno cambie, de estar allá (en la cueva) ahora estoy en este nuevo lugar”, dijo lleno de gratitud.

Este miércoles durmió por primera vez en una cómoda cama, eso sí, antes de acostarse vio varias películas con sus nuevos compañeros de vida.

Él estará en chequeos médicos, terapias ocupacionales y muchos ejercicios que le ayudarán a recuperar su salud.

“Muchas gracias a todos”, dijo. Es hora de cambiar su vida.