COMAYAGÜELA, HONDURAS.-En la parte alta de la periferia norte de la ciudad se esconden muchas necesidades.
La decadencia creada por la burocracia estatal mantiene al Centro de Educación Básica (CEB) Generación 2000 en precarias condiciones.
Las últimas lluvias, aunque llenaron de esperanza a un sector, provocaron severos daños en el centro de enseñanza donde más de 150 niños se aferran a su sueño de estudiar y ser ciudadanos profesionales.
Una enorme roca se desplomó y dañó una de las débiles paredes de madera que sirve como guarida del saber para los infantes de la relegada comunidad.
Carlos Madrid, director del CEB, lamentó las deplorables condiciones a la que se someten los niños, pues un denso lodillo se filtra en tres de las cuatro aulas, mientras docenas de rayos de luz se filtran por las agujereadas láminas que “hacen lo que pueden” cuando inician las lluvias.
“Tuvimos que suspender las clases y despachar a los alumnos de cuarto y quinto grado”, explicó con pesar Madrid, mientras unas colaboradoras escurrían con sus escobas el agua de las aulas.
En precario
Según el docente, además del rosario de problemas estructurales, hay un aletargado proceso para legalizar el predio y así edificar el CEB con cemento y ladrillos.
El proyecto permanece en suspenso porque el trámite para obtener el Dominio Pleno –que debe extender la Alcaldía a la Secretaría de Educación– gravita en el olvido.
“Las solicitudes se hicieron, pero el coordinador de Construcciones Escolares necesita esos documentos, el trámite para la legalización inició desde el 2017”, recordó.
Los fondos no saldrán del Instituto de Desarrollo Comunitario, Agua y Saneamiento (Idecoas) mientras no se legalice el predio.
