TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La llegada del
15 de septiembre trae consigo alegría, fervor y patriotismo entre los hondureños, pero además, constituye una fuente de ingresos para quienes se dedican a la venta ambulante de productos.
Refrescos, comida, agua, dulces, banderas de Honduras, sombreros y gorras forman parte de las cosas que los comerciantes ofrecen fuera y dentro del estadio Nacional Tiburcio Carías Andino de Tegucigalpa, lugar donde se desarrollan los desfiles patrios.
Doña Azucena Ríos se dedica a la venta de platillos típicos en los alrededores del coloso deportivo y asegura que cada año espera con ansias la llegada de esta fecha, ya que le genera mayores ganancias que en otras ocasiones.
'Llevo siete años vendiendo comida fuera del estadio en fechas de partidos de fútbol y cuando es 15 de septiembre, me preparo cinco días antes comprando todo lo que necesito para atender a mis clientes', comenta doña Azucena.
Por su parte, otro vendedor identificado como Omar Flores, asegura que él y toda su familia se instalan desde las 4:00 de la mañana a inmediaciones del Estadio Nacional para comenzar a elaborar las tradicionales baleadas.
Además, Flores dice que en ocasiones ha pedido prestado el capital a algún conocido para comprar la materia prima que requiere la elaboración de baleadas, y que afortunadamente, cada año ha logrado pagar el dinero y agenciarse un poco para él y los suyos.
Refrescos, comida, agua, dulces, banderas de Honduras, sombreros y gorras forman parte de las cosas que los comerciantes ofrecen fuera y dentro del estadio Nacional Tiburcio Carías Andino de Tegucigalpa, lugar donde se desarrollan los desfiles patrios.
Doña Azucena Ríos se dedica a la venta de platillos típicos en los alrededores del coloso deportivo y asegura que cada año espera con ansias la llegada de esta fecha, ya que le genera mayores ganancias que en otras ocasiones.
'Llevo siete años vendiendo comida fuera del estadio en fechas de partidos de fútbol y cuando es 15 de septiembre, me preparo cinco días antes comprando todo lo que necesito para atender a mis clientes', comenta doña Azucena.
Por su parte, otro vendedor identificado como Omar Flores, asegura que él y toda su familia se instalan desde las 4:00 de la mañana a inmediaciones del Estadio Nacional para comenzar a elaborar las tradicionales baleadas.
Además, Flores dice que en ocasiones ha pedido prestado el capital a algún conocido para comprar la materia prima que requiere la elaboración de baleadas, y que afortunadamente, cada año ha logrado pagar el dinero y agenciarse un poco para él y los suyos.
VEA: Fervor y ternura en los desfiles de los pequeños de la patria
Por esta razón, Azucena, Omar y otros vendedores hondureños esperan que la afluencia de personas en los desfiles 2019 ayude a la economía de sus familias.
