Tegucigalpa

Óscar Andrés Rodríguez: 'El país necesita vencer el odio y la frustración'

La Iglesia encomendó en manos de Suyapa a los hermanos de Venezuela, Nicaragua y migrantes. Masiva visita de peregrinos a la virgencita

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03.02.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Sus hijos, los que escogió al bendecir el suelo hondureño con su presencia hace 272 años, le visitaron con rosas, fe y humildad el día de su cumpleaños.

Desde los cuatro puntos cardinales de la tierra que custodia con su celestial manto, miles de personas abarrotaron la basílica menor de Suyapa para contemplar a la risueña morenita.

Algunos llegaron de rodillas, otros con un pausado paso marcado por los años y también hubo quienes acudieron en brazos para iniciar un camino en la devoción.

Entre el mar de fe y esperanza que se formó en el interior del hogar de la madre cinco estrellas, todos los fieles mantuvieron en común la admiración a la bondad y ejemplo de servicio de Suyapa.

Algunos hablaron con la Morenita con la ternura y respeto que irradia el amor de un hijo a una madre.

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Otros, con la inocencia de su infancia, descubrieron la dulzura del rostro maternal de la Virgen guapa, de apenas 6.5 centímetros.

Llegó la fiesta
Desde que los primeros rayos del sol alegraban la fiesta de la advocación de Santa María de Suyapa, los peregrinos salieron de sus improvisadas tiendas donde pernoctaban para celebrarle a lo grande.

Según el subcomisionado de Comisión Permanente de Contingencias de Honduras (Copeco), Carlos Cordero, la expectativa de que el fervor de más de 1.5 millones de personas acudieran a visitar a la Morenita se cumplió.

Solo el fin de semana visitaron la casa de la Virgen de Suyapa más de 400 mil personas, informó Cordero.

La convocatoria que impuso la Virgen de Suyapa fue tal que las extensas filas de los hijos peregrinos se mantuvo el domingo hasta horas de la tarde.

“No me importa estar en pie por horas, porque ella es quien me ha sostenido con la misericordia de su amor”,expresó con convicción y agradecimiento Rita Moncada, procedente del departamento de La Paz.

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Mensaje de la Iglesia
Bastaron minutos para que el interior de la Basílica se abarrotara, antes de que iniciara la eucaristía de la solemnidad de la Virgen de Suyapa.

La misa fue presidida por el cardenal Óscar Andrés Rodríguez junto a monseñor Miguel Lenihan, obispo de La Ceiba, y monseñor Guido Charbonneau, obispo de Choluteca.

Los ojos misericordiosos de Suyapa apreciaban desde lo alto de la Basílica el gozo con el que se vivió la misa en honor a su aniversario.

En el acto solemne fue notoria la ausencia de los titulares de los poderes de Estado, solo acudieron algunos integrantes del gabinete de gobierno y el titular de la comuna capitalina.

Las lecturas se concentraron en pasajes bíblicos que narraban la ejemplar conducta de la Madre de Jesús.

Por ejemplo, el evangelio de San Lucas, (1: 26-38), que narra la anunciación del arcángel Gabriel sobre su inmaculada concepción.

Estos pasajes sirvieron para nutrir la homilía que brindó el cardenal Rodríguez.

El religioso expresó que María es un ejemplo de discípula. “El sí de María creció y fue en la cruz, que su maternidad nos abrazó a cada uno de nosotros para guiarnos a su hijo”, expresó Rodríguez.

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Reencontrarse con María hará bien para despertar la fe, aseguró el prelado.

'¿Cómo es el corazón de María?”, cuestionó el cardenal Rodríguez a la feligresía.

A esta pregunta, su respuesta fue que el corazón de la Virgen fue pobre para ser misionero.

“María nos enseña cómo ser pobre y tener corazón de pobre, el verdadero pobre está liberado de la amargura, de la atadura del deseo y ambición de que aún teniendo nada quisiera tenerlo todo”, expresó el clérigo.

Además, recordó que María sufrió la migración forzada.

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En su mensaje a la feligresía, el cardenal encomendó en manos de la elegida de Dio, a los hermanos de Venezuela, Nicaragua y migrantes.

“Por los migrantes que se encuentran en camino o que se encuentran por allá, marginados, excluidos y tal vez frustrados por no alcanzar un sueño tan legítimo y necesario”, pidió.

Una de las frases que generó la reflexión entre los feligreses fue: la Virgen de Suyapa en el siglo XXI es ejemplo viviente de amor.

Y antes de que su homilía finalizará, Rodríguez invitó a los hondureños a vencer la tristeza y el odio.

“Cómo necesitamos en nuestra Honduras vencer la tristeza, vencer la frustración, vencer la amargura y vencer el odio”, sentenció Rodríguez.

En cuanto a la mujer hondureña, pidió que respeto a las féminas, ya sean viudas, niñas, esposas, jóvenes o mayores.

Asimismo, oró por las personas de la tercera edad, para que las abuelas reciban alegría de su descendencia.

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“La Iglesia no es un negocio, no es un organismo humanitario, la Iglesia no es una ONG, la Iglesia lleva a todos a Cristo y al evangelio,la Iglesia no se lleva a sí misma, sea grande, pequeña fuerte o débil, la Iglesia lleva a Jesús”, recordó.

Además, invitó a las personas que se sienten tristes y con amargura a que acudan a los pies de Suyapa para ser reconfortados.

Y que quienes tienen odio practiquen el sacramento de la confesión, pues aseguró que el odio paraliza, contrario al amor que dinamiza el corazón.