Tegucigalpa

Entre carencias se forman artistas de la Escuela Nacional de Bellas Artes

Los talleres de restauración, madera, artes gráficas, escultura y cerámica requieren materiales y herramientas para alcanzar su potencialización. La adquisición de un nuevo espacio es otra de las prioridades

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26.04.2018

Comayagüela, Tegucigalpa
Los mejores artistas del país se forman en un edificio de imponente estilo neoclásico que data de más de un siglo.

Son los alumnos de la Escuela Nacional de Bellas Artes, (ENBA), centro que desde hace 78 años ha sido el semillero nacional.

Su matrícula actual es de 218 estudiantes de manera presencial, quienes enfrentan varias necesidades.

La falta de becas educativas para los alumnos es una de las más apremiantes, informó el subdirector por ley, Daniel Rivera.

“La principal necesidad que tenemos son las becas para los alumnos, pues estudiar arte en el país es caro”, declaró.

La adquisición de un nuevo edificio, más amplio, que permita más expansión, en óptimas condiciones de los talles para el mejor desarrollo de las clases es otra de las prioridades.

Y qué pasaría con el edificio actual, pues a futuro puede ser destinado para un museo, pero mientras sucede, se hacen gestiones para darle mantenimiento.

El año pasado debido al colapso en una de sus paredes a consecuencia de las lluvias, al inmueble patrimonial se le hizo una restauración de carácter preventivo.

Presupuesto
La ENBA no recibe presupuesto anual, parte de la adquisición de recursos se logra a través de la venta de servicios como los cursos infantiles y para adultos que se imparten los sábados, a un costo de 300 lempiras.

Se estima que para su funcionamiento óptimo se requiere de un ingreso mensual de entre 600 mil a un millón de lempiras, tomando en cuenta que el insumo principal en la enseñanza artística es el material.

“Considero que esta es una escuela con muchas necesidades, pero consideramos que a los jóvenes se les debe otorgar becas, pues solo el hecho de ser estudiantes de artística marca la diferencia en un país”, afirmó el subdirector.

Y qué decir de los talleres, que es el recinto donde los jóvenes adquieren los conocimientos necesarios para sus formación.

Estos solo se encuentran potencializados en un 45 por ciento, ya que hay carencia de caballetes, tornos, entre algunas herramientas por mencionar.

Por ejemplo, en el taller de escultura, a cargo del maestro Víctor Hugo Cruz, hacen falta caballetes, ya que la mayoría de los que disponen ya dieron su vida útil.

“Ocupamos caballetes, herramientas como esmeriladoras, rectificadoras grandes y pequeñas, al igual que martillos, todo para el buen desarrollo de la clase”, explicó el docente.

Y así se puede mencionar otro taller como el de restauración, donde el experto en esta área, Miguel Antonio Rodríguez, tiene que hacer milagros con lo que dispone, pues su principal motivación son los alumnos.

La falta de equipo, materiales, incluso personal, limita las óptimas labores.

Y así se mencionan otros talleres como el de artes gráficas, madera, producción, los que necesitan equipamiento para ofrecer calidad a los profesionales.

En 1940, durante el gobierno de Tiburcio Carías Andino, se funda este recinto, con el objetivo de contribuir a la plástica hondureña, la apreciación del arte y el fomento a la cultura nacional.