Tegucigalpa, Honduras
El feriado de Semana Santa llegó y miles de capitalinos se han sumado al éxodo de los más de 3.3 millones de hondureños que van en busca de sol, playas y arena.
Pero, ¿qué opciones hay para quienes deciden quedarse en casa? La respuesta es el turismo interno, con la ruta ecológica y de aventura.
La antañona Real de Minas ofrece sitios paradisíacos para los que gustan de estar en contacto con la naturaleza, disfrutar de un espléndido paisaje o sencillamente respirar aire puro.
“En esta época de Semana Santa, la capital se convierte en un productor de turismo. Nos encontramos rodeados de aldeas y sitios monumentales, que entran dentro de las opciones de la apuesta ecológica”, declaró Any Zacapa, de la Unidad de Turismo de la Alcaldía Municipal.
Senderos y miradores
Senderismo, miradores, flora, fauna y pulmones naturales, esto y más converge en la capital e invitan al sano esparcimiento.
En lo alto del verde cerro El Picacho se eleva el monumento del Cristo Resucitado que lleva su nombre.
Zacapa informó que el sitio es ideal porque además del encuentro como la naturaleza, ofrece una de las mejores panorámicas de la ciudad.
También una de las principales ventajas es que se encuentra accesible para los turistas, ya que del centro de la ciudad, en 20 minutos se llega al lugar.
Y qué decir del Parque Nacional La Tigra (PNLT), que ofrece el encanto de los bosques nublados y uno de los espacios verdes más visitados. Esta reserva ecológica, patrimonio natural, ofrece como principal práctica el senderismo.
Real de Minas, La Cascada, Granadilla, Jucuara, Bosque Nublado y La Esperanza son las rutas a seguir en esta zona.
Se estima que Las Cascadas es el sendero de mayor preferencia de los turistas, aunque su acceso resulte complicado. En horarios de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, este recinto ecológico estará abierto al público.
El parque soñado
En el corazón de la capital se encuentra el pulmón natural del cerro Juana Laínez, donde el Monumento a la Paz es un símbolo de identidad.
En este recinto natural se construye un parque ecológico, que es la herencia que recibirán los capitalinos para escapar de la rutina.
El sendero principal de este cerro está por inaugurarse y consta de 1.5 kilómetros y se constituye como un mirador global, donde se aprecia la capital en su totalidad.
“Este es un magnífico proyecto de la Fundación Ecológica de Tegucigalpa, hay diversas razones para invitar a las personas a que vengan aquí en Semana Santa, para disfrutar del sano esparcimiento, respirar aire puro y con seguridad”, declaró Jorge Triminio, encargado de guardarrecursos.
Pero además de estos rincones ecológicos, están las aldeas del Distrito Central, cada una con sus propio potencial.
La Chorrera en Támara es una buena opción, al igual el antiguo pueblo minero de San Juancito, que ofrece belleza escénica y ríos de aguas cristalinas.
