Tegucigalpa, Honduras
- ¡Líderes!, ¿cómo está la moral?, pregunta el instructor al grupo formado en filas en posición firme.
-¡Aquí no se responde cómo está la moral, aquí se demuestra, líderes, líderes, líderes!, es la respuesta de los jóvenes en formación al estilo de los militares, aunque no forman parte de una fila castrense.
Este es tan solo uno de los saludos que a diario se escuchan en el campo de las antiguas instalaciones de la Academia Militar ubicada en Las Tapias, Mateo, zona que en la actualidad funciona como sede del programa formativo Líderes para la Vida y la Paz.
Este proyecto es guiado por las autoridades de la Dirección Nacional de Intervención Social (Dinis) y cumple un objetivo supremo: que la juventud retome el vuelo en su viaje hacia el éxito.
Peldaños de paz
“Este es un programa novedoso, los instructores son elementos retirados de las Fuerzas Armadas, hay disciplina y rigor académico, deporte y cultura, además les brindamos una capacitación técnica según las habilidades de cada participante”, manifestó Saúl Coca, titular de Dinis.
El programa consta de tres etapas. La primera consiste en un proceso de desintoxicación de hábitos y conductas inadecuadas y se brinda educación artística, autoestima, moral y matemáticas, español y religión.
“Los jóvenes que recibimos tienen dolencias espirituales y les formamos para que ellos puedan conocer de las enseñanzas de Dios a través de la biblia”, explicó Carlos Andino, educador de fortalecimiento espiritual de Dinis.
Andino comentó que “es maravilloso escuchar a los parientes de los participantes que comenten el cambio en la actitud de los muchachos”.
En esta primera etapa a los jóvenes también se les brinda acompañamiento psicológicos y cuidados de la salud física.
Sandra Lagos encargada de la asistencia psicológica de los participantes, manifestó que entre los principales problemas que expresan los jóvenes están la falta de afecto en sus hogares, influencia de grupos delincuenciales, abusos físicos y contacto con estupefacientes.
En el segundo peldaño del recorrido formativo, los jóvenes ingresan a un proceso de capacitación técnica para aprender un oficio y se acompaña de un crédito solidario para que -de acuerdo a sus habilidades- inicien su propio negocio, que representará la tercera etapa del proceso.
Emprendiendo retos
Para asegurar que la formación ha sido eficaz, los instructores involucrados brindan un acompañamiento a los egresados por un mínimo de dos años para evitar que la fuerza de la violencia irrumpa en la fragilidad de la personalidad.
Otra de las misiones del programa es la de reinsertar a los jóvenes en el sistema educativo.
Este programa involucra a personas de 19 colonias que se encuentran en riesgo social, como Estados Unidos, Nueva Capital y San Martín.
También se ha expandido a 29 municipios más del territorio nacional
