Tegucigalpa, Honduras
Cedieron ante el infausto olvido y la inquieta naturaleza. Son longevos muros de adobe de insignes inmuebles del casco histórico de la capital que han sido abatidos por el descuido de sus pobladores.
Las recientes precipitaciones registradas sobre el Distrito Central (DC) fueron la estocada final para que antiguas edificaciones cayeran de manera parcial ante la mirada de los habitantes.
Esta situación ya había sido vaticinada por las autoridades municipales, pues desde 2016 comenzaron a emitir notificaciones a los propietarios de algunos inmuebles para que comenzaran a tomar acciones preventivas.
Se estima que en el centro de la capital se encuentran 265 edificios históricos.
René Vallejo, titular de la Gerencia del Centro Histórico de la comuna capitalina, manifestó que el personal de esta unidad realiza constantes supervisiones a los inmuebles y a su vez alerta a los dueños sobre las condiciones en que se encuentran.
“Pero por falta de presupuesto, o bien porque quieren que se deteriore la casa para luego construir otro tipo de edificación, prefieren dejarlos desmoronarse”.
Entre las edificaciones que han presentado problemas ante la caída de una pared se enlista la Biblioteca Juan Ramón Molina y una de las viviendas ubicadas en el barrio El Centro.
En el caso del centro de consultas, que data de 1880, Vallejo explicó que en octubre de 2016 ya se había enviado una notificación a las autoridades para evitar lo que sucedió semanas atrás.
“Nosotros avisamos, pero sabemos que ahora el gobierno central se hará cargo de su restauración”, comentó el funcionario.
Mejoras
El edificio en la actualidad permanece intervenido por las autoridades del Instituto de Desarrollo, Comunitario, Agua y Saneamiento (Idecoas) mediante los Fondos del Fideicomiso de Aportaciones y Asignaciones (FINA) a un costo de unos seis millones de lempiras.
Las mejoras consistirán en la reparación del techo de teja, cambio de los cielos falsos y el apuntalamiento de columnas y paredes.
Además se efectuará el resarcimiento del patio interno, la mejora de la cerámica colonial y la instalación de una estructura de vidrio laminado en los pasillos.
También se repararán los baños, puertas, ventanas y los balcones de la fachada frontal y posterior.
Los dueños de otra vivienda que amenaza con desplomarse en el barrio El Centro, a la par de la librería Navarro, también fueron notificados de la condición en que se encuentra la estructura.
Otro de los edificios que generó conmoción al colapsar una parte de la pared frontal es donde funcionó La Moda de París.
En este caso se realiza un trabajo en conjunto con el Ministerio Público (MP) y el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH) para determinar el grado de responsabilidad de los propietarios de este inmueble.
También ha encendido las alertas de las autoridades del IHAH la Nave Carías, ubicada en la Antigua Penitenciaría del barrio La Hoya, debido a la humedad que presenta.
Los daños graves como las grietas, deformaciones o abandono siempre son investigados por el MP a través de la Fiscalía del Patrimonio Cultural y, en el caso de los daños que puedan ser reparados, quedan bajo la supervisión del IHAH.
Inventario actualizado
Alejandra Gámez, jefa de la unidad del Patrimonio Inmueble del IHAH, informó que solo en el centro de Tegucigalpa se han identificado 21 inmuebles con daños graves y que pueden ser reparados, 60 edificios que presentan daños leves, por lo que deben recibir mantenimiento y 15 edificaciones que pasan en revisión continua.
En el caso de la ciudad de Comayagüela, durante esta semana se realizará el levantamiento de las condiciones de antiguas edificaciones, pero se estima que sea una cantidad similar.
Al finalizar este inventario se enviará un informe a los propietarios de cada edificio con el fin de que sean atendidos.
“Es una lástima que varios edificios se encuentran en riesgo de caer, tenemos un mes de haber comenzado un inventario de los edificios que se encuentren en riesgo por el sistema de drenaje dañado”, comentó Gámez.
Los edificios que reportan mayor riesgo son los de paredes de adobe.
“Hemos conocido de casos de que algunos propietarios hasta quitan el techo para que se filtre el agua y se deteriore el edificio, además que falta visión porque un edificio restaurado puede generar más ingresos”, comentó Gámez.
En la capital hay un estimado de 270 inmuebles considerados patrimonio, de las cuales 265 están en el perímetro del centro.
Sin embargo, se trabaja en una evaluación para ingresar al inventario un promedio de 40 edificios, por ejemplo, el edificio La Ronda, además de que se contempla analizar los límites del centro histórico para incluir a la colonia Palmira, barrio San Rafael y barrio Morazán.
El estilo colonial marca tendencia en estos edificios así como el estilo republicano y la mayoría se encuentra en manos del sector privado.
Julio Quiñónez, subcomisionado de Copeco para el DC, invitó a los propietarios de edificios antiguos a mantener enlace con Copeco para brindar acompañamiento y evitar desastres.
