Comayagüela, Honduras
Dos familias y un anciano que han sido marcados por la falta de oportunidades, el dolor y sufrimiento tendrán en los próximos meses un nuevo hogar que los cobije.
Unas viejas láminas que sirven de techo y tablas adornadas con plástico para cubrirse del frío y las lluvias han sido el refugio por varios años de Justo Pastor y su familia, quienes no se imaginaron que este año serían bendecidos con una vivienda.
La respuesta a la petición de una morada digna en donde albergar a su descendencia llegó luego de que EL HERALDO a través de la sección Metro publicará su historia y conmoviera el corazón de las autoridades de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (SEDIS).
Justo Pastor, de 38 años, reside en la colonia Montes de los Olivos de Comayagüela y desde 2010, tras recibir varios impactos de bala en un asalto, quedó paralítico.
Pese a su condición al recuperarse montó un taller improvisado de reparación de zapatos para sostener a su familia.
Discapacidad
Apenas se acostumbraba a su nueva vida cuando de repente en 2016 el destino tenía preparada una prueba más.
“Recuerdo que estaba sentado trabajando en la reparación de unos zapatos cuando sentí el impacto de una bala en mi ojo derecho, dejándome ciego”, detalló Pastor.
El entrevistado comentó que desde entonces ha sido un retó y sacrificio mantener a sus dos hijos y esposa.
Las adversidades no han sido un obstáculo válido para no creer en la realización de los sueños.
“Don Justo, buenos días, hoy venimos en nombre del presidente de la República, Juan Orlando Hernández, para conocer más de su historia y ayudarle con una intervención integral”, dijo Ricardo Cardona, ministro de Sedis, al entrar a la vivienda de manera sorpresiva.
Con el paso de los minutos el funcionario escuchó con atención cada detalle de la historia que embarga hoy en día a la familia Pastor-Cárcamo.
“Déjeme decirle que nos dimos cuenta de su caso por medio de EL HERALDO y nos ha conmovido no por lo que ha pasado sino por su fuerza interior, usted es un ejemplo para todos los hondureños”, expresó Cardona.
Para luego ofrecerle múltiples beneficios, además de la construcción de una casa de material.
Otros beneficiados
Óscar Ortez, un anciano de 80 años, originario de Choluteca, ha pasado los últimos años bajo el puente Soberanía de Tegucigalpa.
Para su sostén vende bananos de manera ambulante. Pero su historia también fue escuchada por las autoridades de Sedis, quienes en unas semanas comenzarán a construir su nuevo futuro en la colonia Berlín.
Otra de las personas beneficiadas es Claudia Castillo, a quien se le cambiarán sus paredes de madera por una de concreto, su techo de plástico por láminas de zinc, a unos metros de donde
don Justo.
“No tengo palabras para agradecer tanto amor de Dios para mi vida, hace años que he orado por este milagro y hoy se está cumpliendo, ya mis hijos no se mojaran”, expresó Castillo al recibir la promesa de un nuevo hogar.
