Tegucigalpa

Tres madres ejemplares que con su esfuerzo han formado a sus retoños

El segundo domingo de mayo a las madres también se les celebra en las organizaciones no gubernamentales, en los asilos, hospitales y centros de reclusión.

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12.05.2017

Tegucigalpa, Honduras
Unos 1,800 centros de la capital festejaron el Día de la Madre. Los maestros y alumnos se dieron a la ardua tarea de decorar los resintos con el fin de festejar este importante día.

Cada historia de una madre refleja el cariño, amor y dedicación con la que a diario protegen a sus hijos.

FRANCISCA SAUCEDA

Sauceda junto a su hija y su mascota

Francisca Sauceda durante 43 años ejerció la docencia, tiene una hija de 15 años que es su orgullo.

1- Madre que decidió ser maestra por amor a los niños

La dedicación de cuidar a los niños vale por dos para Francisca Sauceda, de 59 años, madre y quien además por más de 43 años se dedicó al cuidado de menores en el ejercicio de la docencia.

Sus estudios de magisterio los realizó en la Escuela Normal Mixta Pedro Nufio a finales de la década de los 70.

“Quiero mucho a los niños, por eso mi deseo era estudiar magisterio, decisión que tomé al cambiarme de carrera cuando estaba en mi segundo año de la carrera de Perito Mercantil y Contador Público”, expresó Sauceda.

Luego de realizar sus estudios obtuvo su primera oportunidad para demostrar el amor hacia los infantes, en aquella ocasión residía en la zona norte, donde trabajó por unos 19 años.

De forma posterior, para 1993 se le presentó la oportunidad de laborar en las aulas del centro educativo que hoy se denomina Centro de Educación Básica José Santos Guardiola, de Villa Adela.

De aquel momento a la fecha transcurrieron más de cuatro décadas, tiempo a través del cual educó a centenares de infantes a los cuales recuerda con mucho cariño y que hoy los ve triunfar como doctores, abogados y profesores.

Sauceda es madre de una niña de 15 años a quien llamó Flor de María Milla Sauceda.

“He combinado mi trabajo con ser una madre y esposa responsable, mi niña es una hija especial”, comentó con su voz entrecortada al recordar los difíciles momentos que ha enfrentado junto a su pequeña.

La maestra explicó que con su esposo se han dividido los quehaceres del hogar, ya que los dos tienen la misma profesión.

“Solo una vez falté a mi trabajo y fue cuando me tocó salir del país para operar a mi hija de la vista”, dijo.

La maestra recalcó que los menores especiales deben tener un trato extracurricular en los centros de estudio.

Para dar un mejor cuidado a su hija, la docente aprendió hasta hacer las terapias para apoyar a la “niña de sus ojos”.

Alba Andino

alba Andino la madre que luchó para sacar adelante a sus siete hijos. Foto: Johny Magallanes.

Alba Luz Andino con su esfuerzo sacó adelante a sus siete hijos, seis fruto de su vientre y un sobrino.

2-“Mi vida no ha sido fácil para sacar a mis hijos adelante”

Alba Luz Andino, de 53 años, es madre de siete hijos, a los cuales ha sabido apoyar hasta llevarlos a cursar estudios universitarios.

“Soy una madre soltera, mi vida no ha sido fácil para sacar a mis hijos adelante. Tuve que lavar, planchar y hasta vender tortillas para profesionalizarlos”, expresó con melancolía.

Ahora es una enfermera, con una carrera de 23 años, mismos que ha desarrollado en el Hospital General San Felipe de Tegucigalpa.

Y es que su vocación ha sido el servir a los demás, don que le permitió que personas del centro médico la apoyaran para graduarse de enfermera.

“Doy gracias a Dios por esta oportunidad que me dio, pero antes de este trabajo había días que se comía, otros no”, recordó.

Sus labores domésticas en ocasiones eran pagados con platos de comida, los que llevaba hasta su vivienda para compartirlo con sus vástagos.

De esta forma es que esta abnegada madre ha logrado brindar un futuro de esperanza a sus siete retoños.

La vida y la obligación de sacar adelante a sus hijos “le jugó varias pasadas”, como ella misma describe, que valieron la pena.

Es tanto el amor de esta madre que uno de sus vástagos es un sobrino que ama a como su hijo, el cual lo arropó en su humilde hogar desde sus primeras horas de nacido.

“La satisfacción que tengo como madre es ver a mis hijos graduados y que se han superado, esta es una bendición”, dijo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas al recordar los tiempos difíciles.

Hoy en día esta luchadora madre es abuela de 12 nietos y ayuda a su comunidad con programas educativos, ya que junto a sus hijos y vecinos formaron un centro educativo nocturno para formar a adolescentes y jóvenes en riesgo social.

Ante sus logros y proyección con la comunidad, esta madre sirve de ejemplo entre las mujeres y hombres de la colonia La Fraternidad de Tegucigalpa.

Por su desempeño además porta el cargo de presidenta del patronato de la comunidad y lidera varios proyectos para jóvenes capitalinos.

Rosalina Hernández

Rosalina Hernández realiza varios oficios para alimentar a sus hijos. Foto: Efrain Salgado.

Rosalina Hernández desde tempranas horas sale de su casa con escoba en mano para barrer las calles de la capital.

3-Con una escoba se gana el sustento para siete hijos

Desde tempranas horas sale desde su casa, ubicada en la colonia Izaguirre de Tegucigalpa, con la intención de dejar limpias las calles y avenidas de la capital.

Se trata de Rosalina Hernández, de 52 años, madre soltera de siete hijos que trabaja en las Microempresas de Barrido de la Alcaldía Municipal. De esta forma es como Hernández se gana la vida desde hace unos 10 años para sacar adelante a sus vástagos.

“Con este trabajito que tengo he sacado adelante a mis siete hijos”, expresó Hernández mientras sostenía un palo de escobas entre sus manos.

El amor de madre para que sus hijos tengan un techo, alimento y vestimenta, hace realizar extensas jornadas de aseo bajo el fuerte sol de la ciudad, aguas contaminadas y hasta el peligro de ser atropelladas por más de un conductor irresponsable.

Al salir de su jornada, y cumpliendo con su trabajo con la Alcaldía, esta madre busca otra manera de ganarse unos lempiras más para alimentar a sus hijos, que la esperan en casa.

“Al salir de este trabajo voy a otras colonias para lavar y planchar ropa, además de hacer trabajos de aseo en las viviendas y también cuidando niños”, expresó la mujer mientras sacaba unas bolsas plásticas de una cuneta.

Una situación que preocupa a esta luchadora mujer es no tener a sus hijos estudiando debido a que no logró reunir los recursos económicos suficientes para comprarles los útiles escolares al inicio del año escolar.

“Estoy agradecida con Dios ya que con lo poco que gano llevo alimentos a mis hijos. Bien hago una novela con mi vida, me han pasado muchas cosas tristes, pero hay que salir adelante”, agregó.

Enfrentar la vida sola junto a sus niños ha sido difícil, pero el momento más triste fue la pérdida de uno de sus hijos por la ola de violencia que se vive en el país.

Pero la desgracia no termina ahí, unos meses después una de sus hijas fue atropellada, producto de este accidente perdió una de sus piernas.

“Yo lucho todos los días para mantener a mis hijos, en ocasiones no me ajusta el dinero, son días tristes, pero que no me derrumban”.