Tegucigalpa

En La Picota un centenar de niños reciben un kit educativo

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02.03.2017

CHOLUTECA

Enclavado en el sector alto de la aldea de Linaca se encuentra el empobrecido caserío de La Picota.

El acceso vehicular a la comunidad es limitado, por lo que a velocidades mínimas para que el automóvil cargado de paquetes escolares soportara la travesía se logró llegar al Centro de Educación Básica Manuel Bonilla.

En el lugar unos 100 pequeños recibieron un merecido kit escolar, pues según los docentes los pequeños de la zona son puntuales en los horarios de clase.

“Sabemos de los sacrificios que estos pequeños hacen cada día para salir adelante, así que nos propusimos lograr que EL HERALDO nos colaborara”, manifestó Hugo Adonay Sánchez, docente.

La Maratón del Saber, del diario líder de la región sur, no dudó en responder, y de inmediato salieron desde Tegucigalpa los kits con cuadernos, lápices y borradores.

Para Helen Abigaíl Méndez, de siete años, recibir su kit escolar fue una gran sorpresa y aún más cuando descubrió que el sacapuntas que contenía su paquete tenía la forma de una flor.

“Muchas gracias”, expresó en voz baja la pequeña, mientras buscaba entre la multitud a su hermana gemela Abigaíl, quien se encontraba en el último puesto de la línea de alumnos a la espera de los cuadernos.

Ambas niñas cursan el segundo grado y según la maestra Antonia Montoya urgían de la donación, la mayoría de las familias de la zona son de escasos recursos económicos.

“La necesidad dentro del plantel es grande, ahora los niños tienen los insumos necesarios para cumplir con sus jornadas educativas”, comenta la docente.

Hace dos años también fueron beneficiados con la entrega de útiles por parte de la campaña escolar, que en la actualidad cumple más de una década de apoyar la educación de miles de menores.

De acuerdo con Sayda Yamileth Sánchez, madre de familia, cubrir las listas escolares en ocasiones es difícil, pues los salarios son bajos y en un alto porcentaje escasos.

“El dinero no nos ajusta, en el caso del centro básico, las maestras son comprensivas, pero nosotros sabemos que ellas no puedan dar bien sus clases si los niños no tienen ni donde escribir”, comentó la entrevistada

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