Tegucigalpa

Disminuye en un 70% la venta de calzado en Tegucigalpa

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19.01.2017

Comayagüela, Honduras
Los golpes del martillo, el sonido del zigzag de las máquinas de coser y el olor a pegamento se esparcen entre los puestos del mercado Séptima Avenida.

Y es que en este lugar tratan de mantenerse a flote varias microempresas de calzado artesanal, pese a que la demanda ha disminuido de forma significativa.

Las bajas ventas se han apoderado del rubro en los últimos años, pero se ha agudizado de 2014 a la fecha, aseguran los propietarios de los talleres.

“Estamos pasando por una situación difícil, para estas fechas en años anteriores las ventas eran altas, ahora registramos hasta un 70 por ciento menos en el comercio del calzado”, informó Natalia Rico, vicepresidenta de la Asociación Hondureña de Productores de Calzado y Derivados de Piel (Ahprocadep). Según los dirigentes de este rubro, hay varios motivos por los cuales se reporta la disminución en las ventas, entre las que se encuentran el ingreso de calzado del extranjero, la falta de publicidad del producto local y el mal pago del intermediario.

“Para estas fechas antes acá era una locura de padres de familia buscando los zapatos para sus hijos, pero observe usted que tiene varios minutos de estar acá y no ha entrado ni un cliente”, dijo Rico.

Según las autoridades de Ahprocadep, en Francisco Morazán funcionan unos 5,000 talleres, de los cuales unos 3,000 están en la capital. Cada uno de estos centros productivos generan un promedio de 10 empleos.

De acuerdo con la entrevistada, los acercamientos con las autoridades gubernamentales en la última década han sido escasos, en gobiernos anteriores se implementaron programas para calzar a estudiantes, pero nunca se benefició a los talleres artesanales. “Necesitamos la ayuda de las autoridades del país, para esta temporada deberíamos estar participando en una feria donde ofreciéramos nuestro producto, que es de buena calidad, en especial ante el inicio de las clases”, agregó Rico. Pese a la falta de clientes, en los talleres de Comayagüela no se para la producción, aunque con la incertidumbre de no saber si el producto se venderá.

“Tenemos la esperanza de vender, pero la afluencia de compradores es menor; en otros años hacíamos mil pares de zapatos a la semana, ahora solo hacemos unos 500 pares”, expresó Doris Cruz, dueña de uno de los talleres.

Por su parte Domitilo Espinal, presidente de Ahprocadep, expresó que ellos están conscientes que no pueden competir con grandes empresas, pero a nivel de microempresas sería importante contar con oportunidades gestionadas desde el gobierno para comercializar sus productos.

Unas 10 personas laboran en promedio en cada microempresa (Fotos: Efraín Salgado/EL HERALDO)

Utilidades
De acuerdo con Espinal, la producción de calzado no genera gran ganancia, apenas les quedan unos 20 lempiras como máximo por cada par puesto en venta.

“Tenemos una utilidad muy baja, por eso no podemos crecer, es urgente, necesitamos el apoyo del gobierno, sino vamos a desaparecer”, agregó Espinal.

Los costos para producir un par de zapatos para niño tienen un precio de 150 lempiras, de adulto unos 260 lempiras y para las damas entre los 100 y 180 lempiras, dependiendo del material con que se elabore.

Otro de los zapateros y a la vez dueño de otro taller, Mainor Barahona, expresó que en los tres últimos años la situación se volvió pírrica.

“Ahora uno solo trabaja para sobrevivir, hay meses que he tenido que vender el producto al costo, no tengo ganancia”, concluyó.