Salud y Belleza

Diga 'no” al uso de la pirotecnia

Entérese de los efectos negativos que estas prácticas tan comunes en la época navideña pueden tener en la salud de los suyos
27.12.2018

Tegucigalpa, Honduras
A solo días de despedir el 2018 y de darle la bienvenida a un nuevo año, el uso de la pirotecnia como símbolo de celebración en los hogares, calles y sectores concurridos se hace cada vez más popular, aun cuando la ley lo prohíbe y los efectos en la salud puedan resultar lamentables.

La psicóloga Patricia Mackay expresó que “el uso de la pirotecnia para las celebraciones es ancestral, con ella se expresaban emociones como el orgullo y la felicidad. Nosotros hemos perpetuado esta costumbre nacida en Asia, pero cuando lo hacemos sin control y por muchos a la vez se genera contaminación sonora, decibeles más altos de los que nuestro sistema nervioso puede soportar”.

La experta explicó que en un gran porcentaje de personas se activa el Sistema Nervioso Autónomo (SNA) con todas sus respuestas ante la alarma, y se elevan los neurotransmisores y otras sustancias involucradas en la contestación ansiosa, como el cortisol. En palabras comunes, el organismo reacciona como si fuera a enfrentarse a un asalto u otro evento altamente estresante.

“Si en personas neurotípicas se desatan estos mecanismos de alarma, ahora imagine lo que ocurre en aquellos que requieren de tranquilidad y estabilidad, como los adultos mayores, los bebés y las neurodiversas, principalmente los niños con autismo”, comentó Mackay.

El estruendo, las vibraciones y el olor a pólvora afectan su sensorialidad, desencadenan crisis ansiosas, de miedo y desconcierto. Sus estereotipias o movimientos repetitivos se muestran en su máxima expresión y pueden llegar a golpearse contra el suelo o la pared.

El desconsuelo experimentado puede durar horas y la marca traumática se profundiza. A manera de reacción, la psicóloga advierte que si alguno se altera ante el uso de la pirotecnia, lo mejor es retirarlo y que se acompañe de un par de personas. Abrazarlo fuerte, sin hablarle demasiado y hacerlo sentir seguro, insistiendo en que el momento es pasajero.

En otras ocasiones acariciarle lentamente la espalda, brindarle tibieza con una frazada o acercarlo a su peluche u objeto favorito también puede ayudar. “Los humanos hemos evolucionado y hoy en día la expresión de nuestras emociones y alegrías cuenta con innumerables lienzos para su proyección. Se puede bailar, cantar, reír, tomarse fotos, brindar, comer y principalmente orar. Es posible ser feliz sin pirotecnia. Por favor, sea empático y celebre de otra forma”, finalizó.