Salud y Belleza

¿cómo decir adiós a sus hijos sin descuidarlos?

Los padres que se ven obligados a dejar el país para trabajar deben considerar el impacto que esto genera en la vida de sus pequeños
09.07.2017

Tegucigalpa, Honduras
Los niños que tienen padres que residen en el extranjero a causa de la necesidad de generar ingresos para el sustento de su familia tienden a llevar una vida distinta a la de los demás chicos de su edad.

Estos desarrollan una ambivalencia hacia sus progenitores, agradecidos por todo lo material que les envían, o les permiten comprar; pero disgustados por la situación de estar lejos de ellos.

Los hijos entienden que sus papás tienen que marcharse para poder proporcionarles una vida mejor, pero emocionalmente esta comprensión es más tardía, y llega cuando están más adultos.

En su infancia desarrollan un apego circunstancial y se unen parcialmente a otras personas, pues cuando tienen fiebre no está su mamá ahí para cuidarlos.

Además, cambian de amigos frecuentemente, tienen problemas de personalidad y son bastante vulnerables a la influencia de sus semejantes.

Los hijos son prácticamente obligados a volverse autónomos al crecer sin sus papás.

Los hijos son prácticamente obligados a volverse autónomos al crecer sin sus papás.

Esto se vuelve una herencia que van arrastrando a lo largo de su vida, y se manifiesta través de una intensa desconfianza, relaciones con los demás por conveniencia y dificultad para conectarse afectivamente con otros seres humanos. Refiere la psicóloga Patricia Mackay.

Aspecto económico
Según la especialista, estos niños y adolescentes al tener una fuente inagotable de recursos derrochan más fácilmente; por ende, no tienen mucha capacidad de ahorro, no planifican bien sus gastos, y atraen falsas amistades.

“Este dinero no es tuyo”, “Mis padres me lo envían a mí”, “Dame mi dinero”, suelen ser frases muy utilizadas por los pequeños, quienes a su corta edad comprenden muy poco el valor de lo material.

Sin embargo, resultan ser muy independientes en otras facetas; aprenden a vestirse solos, a ir al baño, a buscar medicamentos cuando están enfermos, a cocinarse y básicamente a cuidarse por su propia cuenta.