Esta iniciativa, que se ha vuelto habitual en las últimas temporadas veraniegas, puede resultar en una experiencia satisfactoria para los fieles compañeros del hogar, así como en una pesadilla debido a diversos factores que van desde el estrés hasta problemas gástricos para aquellos que no estén acostumbrados a salir a largos viajes y a la exposición a temperaturas nocivas y desmesuradas.
“Que sea positivo o negativo depende mucho de cada mascota y lo acostumbrada que esté a viajar, para los que no están acostumbrados a viajar en automóvil representa bastante estrés y ansiedad, factores que desencadenan afecciones como los ataques nerviosos y debilidad en el sistema inmune de las mascotas, lo que conlleva a presentar comportamientos no habituales e inadecuados durante el trayecto”, explicó el veterinario Franklin Rivera.
Asimismo, viajar con mascotas en el vehículo puede provocar en el conductor una distracción que dependerá de la forma en cómo se maneja, así como la manera en que se transporte al compañero de la familia, en donde muchas personas optan por transportar a su mascota de una manera inadecuada.
“Definitivamente, el movimiento provoca estrés y mareos en los animales, los gritos, cambios de temperatura, así como de repente el ruido dentro del vehículo. Si el carro es cerrado, la mascota puede viajar en el asiento sin ningún problema, sin embargo, si se estresa mucho, es recomendable que viaje en una jaula como medida de seguridad”, expresó Rivera.
Sin embargo, uno de los principales factores que influyen para que el viaje sea placentero, según Rivera, es “conocer a nuestra mascota”, en donde algunas consideraciones como: no darle de comer, evitar hacer giros bruscos y no conducir a alta velocidad pueden hacer la diferencia entre un plácido viaje o generar situaciones incómodas.
El calor afecta a las mascotas y no solamente produce estrés, sino que puede causar paros respiratorios y deshidratación si no se les brinda agua de una manera moderada.
