Motores

Mantenimiento preventivo del sistema de frenos

Al igual que la suspensión y dirección, el sistema de detención es uno de los principales elementos activos del vehículo en materia de seguridad y eficacia en la conducción

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06.12.2016

Tegucigalpa, Honduras
El sistema de frenos se vuelve imprescindible al momento de circular, contribuyendo a la detención del automotor y seguridad de los ocupantes. Como cualquier sistema automotriz, sus componentes se ven ligados al desgaste que disminuye su efectividad y que, eventualmente, obliga a su sustitución.

De acuerdo con el experto consultado por Superguía Motores, Pablo Vásquez, supervisor de taller Dimasa Ford, los componentes de nuestro sistema de frenos que normalmente se ven afectados son las pastillas de freno, discos y el líquido de frenos (fluido hidráulico). Mientras que los elementos frenantes se cambian cuando están desgastados, el fluido hidráulico se sustituye cada cierta cantidad de kilómetros o dependiendo del automotor adicionalmente cada cambio de pastillas.

Mantenimiento

En la primera fase, según el experto, se comprueba el nivel de líquido. Para ello hemos de localizar el depósito, que normalmente se sitúa sobre el cilindro maestro. La necesidad de realizar el cambio se suele señalar en un indicador luminoso del cuadro de instrumentos.

Las pastillas de freno (pueden ser una, dos o las cuatro) disponen de un indicador visual a una distancia concreta para que, cuando su espesor se reduce, roce con la superficie de fricción del disco, haga masa y a través de un cable llegue al testigo del panel. Hay pastillas con indicadores sonoros que mediante un acople metálico a cierta distancia, como en el primer caso, al disminuir el grosor rozan con la superficie del disco y producen un ruido agudo que advierte de la inminencia de su sustitución.

En ese caso de no contar con un indicador sonoro se puede comprobar su estado a través del líquido de frenos. Según cómo se vayan gastando las pastillas, el nivel de aquel baja en el depósito.

Si las pastillas se han gastado y rozan el disco pueden rayarlo, aunque su grosor sea adecuado. Un disco rayado o gastado con pastillas nuevas no acopla bien, y en consecuencia, la frenada pierde eficacia. Además, ocasiona ruidos y vibraciones en la parada y deterioran antes de tiempo las pastillas