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Por qué es tan difícil tomar decisiones en épocas de crisis

La incertidumbre, la sensación de amenaza y de falta de control están influyendo en nuestra capacidad resolutiva

04.08.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS,- Poco en esta crisis es sencillo, ni siquiera elegir qué vamos a comer, quién debe ir al supermercado y correr más riesgo o cuál es la mascarilla adecuada. En un mundo paralizado y en estado de alarma, las decisiones superfluas pueden sentirse tan difíciles como las trascendentales.

La cuestión aquí no es dilucidar entre lo más o menos vital, sino de entender cómo, a medida que tomamos decisiones, podemos sentirnos estancados frente a aquellas que aún faltan por tomar.

Y en este punto según Estela Antúnez, psicóloga especialista en Recursos Humanos, la sensación de falta de control, el miedo y la incertidumbre nos están imposibilitando ser resolutivos.

“Esta crisis, jamás antes experimentada por las generaciones actuales, es algo nuevo que nuestro cerebro debe asimilar de una manera que le permita la supervivencia y esto, en consecuencia, limita que podamos tomar decisiones”, explica.

La indecisión puede provenir de la ansiedad. El miedo a tomar una decisión equivocada y sufrir consecuencias o remordimientos nos inhibe y deja la sensación de inseguridad en épocas inciertas.

Es normal preocuparse por cometer un error y sentirse culpable, negligente, expuesto o ignorante. Por ejemplo, los acumuladores o aquellos que se aferran al desorden tienen problemas para decidir descartar y luego seguir adelante.

El miedo a estar mal preparado para el futuro los atormenta. Desechar un objeto puede ser un desafío porque “¿qué pasa si lo necesito más tarde?”, el pensamiento se afianza.

Los rasgos obsesivos pueden estar operando. Y aquí vienen otros efectos: la impotencia, la desesperanza, la fatiga o la apatía pueden sesgar su percepción y evitar que actúe o vea con claridad.

“Una de las razones psicológicas por las que es difícil ser resolutivos en esta pandemia es la inseguridad. Nos vemos en una encrucijada en donde tenemos esa sensación de vacilación -no sabemos si escogimos bien o si elegimos la mejor opción- y caemos también en la sensación de falta de control y ansiedad”, dice Antúnez.

Todo en suma influye en la forma de procesar la información. “Y aquí es donde interviene la psicología de forma pura. Es decir, nosotros percibimos poco control porque estamos en medio de una crisis y ¿qué hace nuestro cerebro?, busca un atajo para poder tomar una decisión y tener un falso sentido de control. Los seres humanos necesitamos sentir de alguna manera que no todo es caminar sobre arenas movedizas sino que creemos y sentimos la necesidad de poder hacer algo para mejorar la situación, aunque esto mismo nos pueda generar una ansiedad adicional”, añade.

Evite la impulsividad
La incertidumbre mezclada con el pánico puede orillarnos a querer actuar rápidamente, incluso cuando la inacción sea lo más prudente.

“No sabemos cómo van a estar las cosas dentro de dos días o una semana, y actuar de forma impulsiva puede generar de alguna manera una consecuencia negativa a largo plazo”.

Si bien es difícil actuar con serenidad, claridad e inteligencia en mitad de una crisis donde pasamos los días entre la realidad y un carrusel de emociones, la experta sugiere antes de tomar decisiones “pensar, reflexionar y basarse en datos reales y en proyecciones de expertos. El panorama es incierto”, concluye

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