Sucesos

Madre e hijo, abrazados rumbo al paraíso celestial

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05.10.2015

Tegucigalpa, Honduras

El cielo abre sus puertas para recibir a tres almas que han sido despedidas en medio del pesar y el desconsuelo.

Se trata de Raúl Hernández, su hermana Yohana Hernández (36) y el pequeño Cristhian, hijo de esta última de apenas tres año de edad. Ellos perdieron la vida la noche del pasado sábado a eso de las 6:00 de la tarde en el anillo periférico, a inmediaciones de la colonia Altos de Toncontín.

Todo sucedió cuando el conductor de una camioneta color blanco, marca Hyundai, con placas PBU 4756, presuntamente se saltó la mediana e impactó contra otro vehículo color rojo, el cual cayó en una hondonada, cerca del mercado Perisur.

De ese fatal episodio resultaron heridas dos personas que fueron trasladadas a la sala de emergencia del Hospital Escuela Universitario (HEU).

Últimos momentos

Nunca nadie se imaginó que al momento en que los dos hermanos y el pequeño salieron por la puerta de su hogar sería el último en que se les vería con vida.

Ellos residían en la Aldea Santa Rosa, al sur de la capital.

El sábado a eso de las 5:00 de la tarde, ambos hermanos y el pequeño salieron de su vivienda y se movilizaron a un supermercado para realizar alguna compras de la casa.

Sin embargo, la tragedia los encontró a su regreso, cuando un automóvil fuera de control los embistió.

El pequeño angelito Cristhian murió al instante debido a las fuertes heridas que recibió.

Por su parte, la joven madre fue llevada inmediatamente a la sala de emergencia del Hospital Escuela Universitario (HEU), donde murió horas después.

Tristeza

El aire frío solo acentuaba el dolor que se sentía al ver los dos ataúdes de los dos hermanos que hoy se llevan el corazón de sus padres.

Son ellos los que ahora rezan para que el Creador del universo les abra paso a la eternidad a dos de sus tres hijos.

El esposo de Yohana, Héctor Rosales, llora amargamente la pérdida de su amada esposa.

Hoy ella reposa junto con su pequeño bebé de tres años a quien colocaron abrazado junto a ella en el interior del ataúd, como si estuviese dormido, reposando eternamente sobre el pecho de la mujer que lo trajo al mundo. Madre e hijo ahora emprenderán el viaje al paraíso, lejos del dolor y la tristeza.

Sin embargo, esos dos sentimientos quedan grabados en cada uno de sus seres queridos al saber que ya no están.

En una emotiva y desgarradora misa de cuerpo presente en la iglesia San Juan Bautista de la colonia Kennedy se elevaron plegarias por el descanso eterno de las almas del pequeño Cristhian, su madre Yohana y Raúl, el tío y hermano de ambos.

Vecinos ejemplares

Los buenos comentarios fluían a medida que los féretros desfilaban por el largo pasillo de una iglesia de la capital.

Todos dejan salir una lágrima cuando recuerdan que ambos hermanos eran personas sencillas que vivían una vida tranquila alejada de los problemas.

Cristhian, el hombrecito que hoy ya puede jugar con los ángeles en el cielo, será uno de los menores que más se extrañará.

Su alegría, su dulzura, permanecerá para siempre en la memoria de sus familiares y vecinos.

Nadie se lo imaginó, ellos solo salieron a hacer las compras, pero ya no están y su recuerdo, aunque duela, siempre sacará un sonrisa a todos los suyos.