Dentro de su oficina de tramitaciones fue ultimada ayer la perito mercantil y pasante de la carrera de Derecho Xenia Esther Moya Castro, de 63 años de edad, quien enfrentaba cargos por los delitos de malversación de caudales públicos y abuso de autoridad en perjuicio de la regional de la Federación Nacional de Fútbol de Honduras (Fenafuth).
La Policía informó que a eso de la 1:00 de la tarde llegaron a la oficina de Moya Castro, ubicada en el barrio Paz Baraona, tres hombres y preguntaron quién era la abogada Xenia Moya, en ese momento ella iba saliendo de su oficina y les contestó a los individuos que ella era y qué buscaban.
Las autoridades policiales indicaron que, según lo relatado por testigos, los delincuentes tras que la dama se identificara le preguntaron: “¿dónde están los papeles del juzgado?,” y Moya contestó que no sabía dónde se encontraban los documentos.
Los homicidas también le preguntaron a una empleada de Xenia Moya sobre los documentos y ella les manifestó que tampoco sabía dónde estaban.
Después los malhechores metieron a Moya a su oficina y tres minutos después se escucharon varios disparos.
Finalmente los criminales salieron de la oficina y escaparon con rumbo desconocido.
La Policía informó que los homicidas andaban con los rostros descubiertos y se transportaban en un vehículo tipo camioneta marca Nissan Xterra color rojo.
Antecedentes
Moya Castro estaba acusada en los tribunales de justicia junto a otros cuatro exdirectivos de la Regional de la Fenafuth por los delitos de malversación de caudales públicos y abuso de autoridad. Desempeñaba el cargo de presidenta de la regional de la Fenafuth con sede en San Pedro Sula, cuando supuestamente los cinco directivos regionales cometieron los delitos. El requerimiento contra Moya y los otros exdirectivos de la Fenafuth lo presentó la Fiscalía en junio de 2005.
Jorge Rodríguez, vocero regional de la Policía Nacional, dijo que después de cometer el asesinato, los hechores rompieron varios documentos.
Las autoridades policiales aseguraron que iniciarán las investigaciones del caso por el cual estaba enjuiciada y también investigarán su entornó laboral y familiar para ver si había algún motivo que motivara a que le quitaran la vida.
Miguel Moya, hermano de la victimada, dijo que no piden nada a las autoridades policiales “porque aquí en el país pedir o no pedir es lo mismo”. Indicó que tal vez en el futuro la situación del país cambie en cuanto a la inseguridad.
Un equipo de la Dirección Nacional de Investigación Criminal comenzó con las pesquisas del caso.
