Sucesos

Vásquez Medina: 'Dios me ama y necesita que siga aquí en este mundo”

El conductor de la cisterna accidentada ayer en el bulevar de las Fuerzas Armadas habló con EL HERALDO y contó los segundos de angustia que vivió cuando el pesado vehículo iba en el aire.
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30.05.2015

Tegucigalpa, Honduras

“Todavía Dios me ama y necesita que siga aquí en este mundo”.

Esas fueron las primeras palabras de dijo Gilson Andersoni Vásquez Medina, de 28 años, dos horas después que salió del quirófano de la sala de emergencias del Hospital Escuela Universitario (HEU), tras ser ingresado al sufrir un aparatoso accidente del cual quedó vivo de milagro.

Como de costumbre, Vásquez Medina, de oficio mecánico y vendedor de agua, salió sin ninguna compañía de su casa ubicada en la colonia Vista Hermosa, a eso de las siete de la mañana, a llenar de agua un tanque cisterna con capacidad para 2,500 galones en la colonia El Carrizal.

Después de que llenó el tanque y al transitar por los puentes a desnivel, frente a la estación del Cuerpo de Bomberos, le fallaron los frenos del vehículo y tras realizar una serie de maniobras, lo lanzó al vacío hasta caer en el bulevar Fuerzas Armadas, en el carril que conduce a la salida del norte.

Afortunadamente en ese instante ningún vehículo transitaba por el lugar, porque de lo contrario el accidente se hubiese convertido en una verdadera tragedia.

Tras haber superado el susto y sentir algo de malestar en el brazo donde los médicos le hicieron 20 puntos, Gilson Andersoni Vásquez Medina atendió vía teléfono a EL HERALDO y contó cómo ocurrió el accidente.

“Yo llené el tanque en el pozo de El carrizal y cuando iba con rumbo a la colonia Santa Cecilia, sobre el puente me fallaron los frenos del camión”.

“Cuando sentí que el carro estaba sin frenos y miré que un bus lleno de pasajeros estaba en frente y una gran fila de carros, observé que no había para dónde agarrar”, contó.

“Fue en ese momento que me metí al carril contrario y como había unos policías cerca sobre el puente ,lo que hice fue ‘embrocarlo’ para abajo del puente, para no matar a las personas”, aseguró en tono muy tranquilo ya en su casa de habitación.

La velocidad a que transitaba el camión era de unos 25 kilometros por hora, ya que circulaba cargado de 2,500 galones de agua.

“En ese momento lo primero que pensé fue ‘hasta aquí nomás llegué’, pero cuando yo mire que el carro iba en el aire y que mi lado iba a pegar con el pavimento, lo que hice fue estirarme hacia el lado del pasajero”, explicó.

“Lo primero que se me vino a la mente otra vez fue ‘hasta aquí nomás llegué’, porque sentí que el peso del tanque iba a caer sobre mí cuerpo, es decir, todo el peso de la carga”.

“Cuando yo sentí que iba en el aire y que el carro se iba a destruir en el lado mío, yo me tiré a la puerta del pasajero. Y en lo que el carro cayó, yo salí por la puerta del pasajero”.

Contrario a lo que todas las personas pensaban, que el conductor había quedado muerto, solo recibió una fuerte herida en el brazo izquierdo, “ya que solo fue una abertura en la que me hicieron 20 puntos”.

Gracias a Dios ya estoy recuperándome en mi casa, pues socorristas del Cuerpo de Bomberos me llevaron en una ambulancia al Hospital Escuela como a las 10:30 de la mañana y salí a las 2:30 de la tarde.

Después de todo esto le vamos a dar gracias a Dios porque no sucedió nada grave y las pérdidas solo fueron materiales.

“Mi mamá al verme me abrazó y me dijo: ‘hijo, Dios te ama’, y se puso a llorar de alegría”.

Una de las mayores preocupaciones que tiene Vásquez Medina es cómo va a trabajara ahora, ya que el camión que tenía desde hace diez años quedó completamente destruido a raíz del fuerte impacto.

Comentó que en su familia son personas luchadoras y “no tenemos pisto para comprar otra cisterna. Es la primera vez que le fallaban los frenos al carro, porque somos mecánicos y con frecuencia le hacíamos chequeos en el sistema mecánico y de frenos, pero siempre hay casos que fallan en las máquinas de un solo y en esta oportunidad me tocó en el carro que es un Mercedes-Benz año 79”, dijo el vendedor de agua, quien agregó: “todavía Dios me ama y necesita que siga aquí en este mundo, por lo que vamos a buscar de Dios ya que como quedó el carro, es como que haya nacido de nuevo”.

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